martes, 3 de abril de 2007

Desde la cúpula del Hotel Nacional

Hotel Nacional de Cuba, La Habana. McKim, Mead & White, 1930.


Sobre una Critica de Libros de Diseño.
La última Design Book Review (32/33, Primavera-Verano 1994),
la revista crítica de publicaciones sobre arquitectura y temas afines del MIT Press,
está totalmente dedicada a la Arquitectura Latinoamericana Contemporánea.
Su editor, sin embargo, hace sombríamente el reconocimiento de ser ésta
la única publicación sobre el tema en los Estados Unidos... ¡desde 1969!

1. Otras publicaciones

Con el título “Otras Américas, Otras Arquitecturas”, MIT Press Journals logró en Design Book Review uno de sus trabajos editoriales más útiles en mucho tiempo.1 Habiendo aparecido en 1983 básicamente como un compendio de crítica de libros sobre diseño, DBR con el tiempo también empezó a hacer entrevistas y a incursionar en el ensayo teórico. Las figuras del mundo de la crítica y de la historia empezaron a desfilar por sus páginas, encantadas ante la convocatoria de ensayar de nuevo la forma de la crítica de libros. Se dieron trozos memorables, como James Ackerman criticando al “Monticello de Jefferson”; Michael Sorkin abordando el libro sobre SOM; Rayner Banham revisando la obra de Wright en “Frank Lloyd y sus clientes”; la entrevista a Herbert Muschamp (el crítico de arquitectura del New York Times) s
obre “La Necesidad de los Críticos”; Richard Ingersoll destrozando las series de televisión de Robert A.M. Stern “Orgullo del Lugar”; Juan Pablo Bonta en su “Mies como Texto”; y la mesa redonda de Colin Rowe, Rem Koolhas, Liane Lefaivre y Luis Fernández-Galiano sobre el tema del “Urbanismo Posmoderno”.

Por once años DBR ha criticado las últimas novedades editoriales
en el campo del diseño, trabajando siempre temas considerados por sus editores como los de mayor actualidad editorial en el mundo. Los últimos tres números, por ejemplo, fueron dedicados a la computación (“Computers ´R´ Us”), a la poética de la construcción y a la influencia oriental en el pensamiento arquitectónico contemporáneo. En este contexto, las “Otras Américas, Otras Arquitecturas” fueron seleccionadas como el tema de mayor actualidad de la temporada que acaba de terminar, el cual a su vez será seguido por un número sobre “La Industria y su Paradigma”.

El lamentable estado de las cosas en el campo editorial latinoamericano (publicaciones fuera de circulación, revistas espasmódicas, bajos niveles de diseño y calidades de impresión) no arredró al equipo de la revista, quien pasó, como es su costumbre, a hacer la rigurosa revisión crítica de las otras publicaciones que tendría entremanos para el nuevo número, a escoger sus entrevistados, a nombrar sus críticos.

Con la seriedad y calidad acostumbradas, DBR organizó tranquilamente un resumen crítico del cuerpo editorial de esta parte del continente, y pudo lograr su objetivo: presentar los viejos y nuevos libros, las revistas y los autores de Colombia, de México, de Argentina, de Brasil, de Chile, de Puerto Rico, de Cuba, de Venezuela, con el encanto, el atractivo y la pulcritud necesarias para ser sometidas al ojo crítico final: el del mercado editorial internacional.


2. Our Men in HavanaJohn Loomis, el editor, inicia el número describiendo cómo la cúpula del Hotel Nacional, diseñado por la firma McKim, Mead & White en La Habana en 1930, pesadamente enjaecida con su balaustrada ornamental, brilla “como una barcaza barroca” hacia el horizonte, mirando hacia los Estados Unidos, que son invisibles en la distancia. Esta invisibilidad, sin embargo, es más profunda en dirección opuesta, hacia el sur. La cultura arquitectónica de Latinoamérica es quien permanece ampliamente invisible desde el norte del Golfo de México y del Río Grande, ausente en las publicaciones de arquitectura y en la mayoría de los programas de las escuelas de arquitectura de Norte América.


Uno siempre aspira a que en el desarrollo de los eventos culturales del mundo, hayan ocurrido cosas maravillosas de las que aún no ha tenido noticia. Pero cuando leemos, de manos de estos editores que manejan las bases de datos más perfectas de la historia, que, efectivamente como temíamos, no han habido más “episodios de visibilidad global” de la arquitectura latinoamericana que el “entusiasta resumen” que Esther Born hiciera en 1937 sobre la arquitectura moderna mexicana en Architectural Record, que la lírica exposición “Brazil Builds”, qu
e organizara Philip Goodwin en el MoMA en 1942; que la otra célebre otra muestra de ese mismo museo, y su correspondiente libro de 1945, “Latin American Architecture since 1945”, de Henry Russell-Hitchcock (donde la arquitectura venezolana tuviera tan destacado lugar), que la publicación de los libros de Bullrich en 1969, y finalmente, ya en Europa, que el libro de Lierneur, y la Zodiac 8, editada por Guido Canella, uno ve amargamente frustradas sus esperanzas.

No obstante, el continente se sigue poblando y se sigue construyendo. Y se puebla tánto, que también está poblando a los Estados Unidos. La creciente masa latina hac
e cada vez más que el tema de la arquitectura latinoamericana se vaya convirtiendo en un asunto nacional para ese país. La impresionante revelación hecha en el editorial de este número de “Nueva York como la segunda ciudad puertorriqueña después de San Juan, de Miami como la segunda ciudad cubana después de La Habana y de Los Angeles como la más grande ciudad mexicana después de Ciudad de Mexico”, habla por sí sola. Es lógico que aparezca un renovado interés por la latinoamericanidad en publicaciones como DBR, y por cómo ésta es comprendida.

Los próximos Men in Havana deberán construir edificios que no miren exclusivamente hacia el norte. En la metáfora de Loomis, ahora las fachadas deberán reflejar otro tipo de intercambio cultural, y las vistas deberán dirigirse necesariamente hacia la otra dirección.

3. La arquitectura de la soledad
El mayor acierto del número es el comenzarlo con la transcripción del discurso de aceptación del Premio Nóbel de Literatura que dió Gabriel García Márquez en 1982. En él, el escritor intentó explicar la cruz de la soledad latinoamericana, y para ello, hizo una enumeración fantástica de hechos históricos latinoamericanos que, de no ser porque se sabe que son históricamente ciertos, nadie los creería. Es a esta realidad desbordada, y no a la literatura que la cuenta, a quien atribuía entonces el Gabo el Premio que la Academia Sueca le estaba concediendo.

La cita de sus palabras aclarando que “todas las criaturas de esa realidad desbocada han tenido que pedirle poco a la imaginación, y que su problema crucial ha
sido la falta de medios para hacer que sus vidas sean creíbles”, fue el preámbulo más inteligente y ajustado para la presentación de los artículos en las circunstancias actuales. Cuanto pueda haber de grave, de terrible, cuanto de pobre en estas publicaciones sobre diseño, aparece ahora sublimado editorialmente por ser publicado en el “reino de la quimera”. El sutil efecto se siente. Y si no es exactamente cierto, al menos, como tesis editorial, es altamente atractiva.

Los autores que analizan esta “arquitectura de la soleda
d”, entre viejos conocidos y nuevos nombres, por su parte, se presentan impecables. El ojo recorre con suavidad las páginas que hacen la crítica de los libros que ya conocíamos. Un inevitable sabor surrealista también recorre las páginas. Digamos que es el auténtico realismo-mágico que invade a los autores (y a nosotros sus lectores), mientras presentan conscientemente la vieja realidad editorial con la magia de los medios del MIT Press Journals. De común acuerdo, por una decisión editorial (que yo aplaudo) la bibliografía latinoamericana ya no está más en eterna crisis, sino que vive un “repunte considerable”.

Lo real se convierte en maravilloso cuando las fotos en blanco y negro del Centro Cultural Quimbaya y de las Torres del Parque de Salmona son seleccionadas con este otro destino por Ricardo Castro; cuando las consideraciones sociológicas de las sociedades latinoamericanas se explican por una cita de Descartes impresa en cursiva (“Arretez-vous encore un peu à considerer ce chaos”); cuando vemos impresa como delicada viñeta en una pulgada cuadrada los plafones de Calder para el Aula Magna; cuando reencontramos a Susana To
rre, pero hablando de identidad cultural; cuando Ramón Gutiérrez presenta el artículo “Las Revistas Arquitectónicas y los Medios del Discurso” ilustrándolo, por ejemplo, con una foto de una de las mejores carátulas de la revista Punto (del número 18, cortesía de la UC Berkeley Environmental Design Library), a la que presenta como una sólida empresa que mezclaba la información con la crítica..

Todo está inundado de optimismos. El camino de la modernidad en Latinoamérica es sinuoso para Roberto Segre; Marina Waisman, traducida por Richard Ingersoll, preconiza que un mundo de ideas está empezando a hervir en esta “otra” América; Jorge Ramos logra hacer en ocho cuartillas la crítica a trece monografías de arquitectos conte
mporáneos latinoamericanos; Saskia Sassen deja por un momento su estudio en Columbia para evaluar el impacto de la globalización en las ciudades latinoamericanas; la preservación histórica de Cuba y Latinoamérica es analizada sin apasionamientos por Coyula y Lapidus; y, para no enumerar todo el número, finalmente, el propio editor John Loomis es el maestro de ceremonias del único autor de más de cuarenta libros en el área, Graziano Gasparini, a quien entrevista y traduce personalmente, para adelantar noticias de su próximo libro sobre la arquitectura de las Islas Canarias.

Pero de todo el esfuerzo hecho por la revista en su tarea de nivelación cultural, su final es lo más efectivo; cuando, luego de revisar brevemente cuarenta libros de todo el continente con una bibliografía crítica, el número culmina entre los usuales av
isos publicitarios de las grandes casas editoriales, las librerías y las mejores publicaciones del mundo: Rizzoli International Publications, Urban Center Books, Assemblage... La arquitectura de la soledad empieza a tener compañía.

Hotel Nacional de Cuba (f. Vieja Cuba Blog).



NOTAS:
1. John Loomis, editor. "Otras Américas, Otras Arquitecturas", Design Book Review, 32/33, MIT Press Journals, Primavera-Verano, 1994.





Publciado en: Arquitectura, El Diario de Caracas, Caracas, domingo 25 de Septiembre de 1994.

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