lunes, 19 de marzo de 2007

El sueño de un orden

Plano de la ciudad de Buenos Aires, 1820.


Mil ciudades de América en Caracas.
En el Centro Cultural Consolidado se inaugura la muestra “La Ciudad Hispanoamericana: El Sueño de un Orden”. Realizada en España en 1989 para saldar el lapsus en la historia del urbanismo 
sobre la monumental gesta urbanizadora de España. 
De haber sido expuesta con inmenso éxito en París y en Ciudad de México,
ha sido traída a Venezuela por iniciativa del IREU (Instituto R
egional de Estudios Urbanos) con la ayuda del Ministerio español de Obras Públicas, Transporte y Medio ambiente y la Fundación Cultural Consolidado. Una renovada visión de nuestras ciudades, una revisión del modelo urbano propuesto en las Leyes de Indias, una puerta abierta hacia el futuro urbano de América, que invita a la reflexión y que forma parte de la gestión de este instituto de alcance regional, bajo auspicios de la UNESCO.

“La más grande empresa de creación de ciudades llevada a cabo por un pueblo, una nación o un imperio en toda la historia, fue la desarrollada por España en América, a partir de 1492", son las palabras de Fernando de Terán, Catedrático de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Universidad Politécnica de Madrid y Comisario de la e
xposición “La Ciudad Hispanoamericana: El Sueño de un Orden”.1 Una empresa que no sólo llenó todo el continente de ciudades semejantes trazadas reticularmente, sino que condicionó la fisionomía urbana de América, que desde entonces se caracteriza por su orden y la racionalidad de su organización básica.

Los hombres nacidos desde entonces en la ciudad americana comparten juntos una conciencia universal de americanicidad, fruto directo de tan singular comunión urbana. El espacio urbano geométricamente ordenado por la cuadrícula que subsiste aún hoy a pesar del crecimiento, la desfiguración y el deterioro de la ciudad latinoamericana, es la matriz universal que marca indeleblemente nuestra cultura, es el factor olvidado que nos une tanto como la lengua y como la religión.

Podemos extraviarnos en Amberes, en Oxford, en San Petersburgo o en Lucca, pero nunca perderemos el rumbo en este continente. O al menos, no de la misma manera: el placer de nuestras ciudades es distinto. Una legión de esquinas, carreras, cuadras, calles y plazas familiares nos acogen y nos hacen sentir en casa aunque estemos en sus mismísimas antípodas. Los versos que le cantan a Buenos Aires, también le cantan a Ciudad de México y hasta la describen, le cantan a Santa Fe y de ella hablan, le cantan a Santiago de Cuba y a Santiago de Chile, a Panamá y a Caracas, al tiempo que funcionan para los cientos y miles de otras fundaciones que desde la California hasta la Patagonia, desde La Navidad en 1492 (la primera ciudad fundada, en República Dominicana) hasta Quenac en 1809 (la última fundada por España, en Chile) se sembraron en América, hoy convertidas algunas en ruinas, otras en pueblos y las más en grandes ciudades.

Que tan gigantesco proceso de urbanización haya sido tan tardíamente celebrado en una exposición (en este caso, gracias a los programas americanistas que se desataron en España con el Bicentenario del Descubrimiento de América), no nos extrañe. Todos conocemos el prolongado desprecio que por la retícula y en general por todo el modelo urbano de las Leyes de Indias ha guardado la Urbanística desde siempre. Y todos sabemos también que ese desprecio no es otro que el que hay hacia la ciudad colonial, hacia la conquista española de América, y hacia lo que aparentemente no encierra mayores valores y se limita a las “simplezas” del trazado ortogonal frente a la supuesta superioridad del English Way of Planning.
Hoy en día esa posición es insostenible. Queremos acoger de nuevo la universalidad, la infinitud y las posibilidades de la retícula y del modelo descrito en las Leyes de Indias. Este modelo urbano (a la vez modelo espacial, modelo legal, modelo político) tiene como prueba la complejidad y la riqueza del fenómeno urbano que inició mil ciudades distintas, pletóricas de hermosas lecciones de diseño que aún tenemos por delante para analizar, discutir y disfrutar. Y lo que es más importante, para proyectar necesariamente hacia el futuro.

La exposición, de marcado acento urbano, busca destacar la configuración del espacio urbano y la caracterización de la imagen visual de la ciudad latinoamericana. Es la ciudad “como hecho físico, transformador de un territorio, y como espacio organizado, formalizado y funcional”. Hecha con un criterio cronológico que marca las diferentes etapas del proceso urbanizador combinado con un criterio temático que describe las características esenciales de la ciudad latinoamericana, la exposición es itinerante y viaja hasta con su montaje. Desde su primera exhibición en la Sala Juan Gris del MEAC (Museo Español de Arte Contemporáneo), hasta la que tendrá lugar en la planta baja abierta del Centro Cultural Consolidado, el diseño del montaje insiste en la idea del modelo urbano de las Leyes de Indias.

El tratamiento de muros y paneles, y la disposición de las múltiples maquetas de las ciudades “organiza”, según previó originalmente el arquitecto Javier Feduchi, “una serie de espacios cuadrados (las manzanas de la ciudad) conteniendo espacios longitudinales de circulación paralelos y perpendiculares (las calles)”. El resultado es una estructura geométrica abierta, repleta de planos históricos hechos para la exposición, así como una selección de planos originales y gobelinos monumentales prestados especialmente por diferentes archivos, bibliotecas y museos españoles. Un audiovisual reconstruye el proceso fundacional completo desde el descubrimiento del territorio americano virgen hasta la situación contemporánea de las ciudades latinoamericanas. Todo traído, paredes y luces incluidas, desde la
península, un aliciente adicional para aquéllos a quienes les gusta espiar el obcecado preciosismo constructivo de la arquitectura moderna española.

Solo una cosa faltará en esta exposición, para completar el sueño de orden que tánto le hace falta volver a retomar a América. Son las ciudades que no fundaron los españoles, las que vinieron después, y las brasileras, ciudades todas que en gran parte compartieron los mismos principios y las mismas formas, para poder tener aún más clara la conciencia de la monumentalidad de la saga urbana latinoamericana.



La Ciudad Hispanoamericana: El Sueño de un Orden.






NOTAS
1. La ciudad hispanoamericana: el sueño de un orden, Ministerio de Fomento, Centro de Publicaciones, Madrid, 1989.


Publicado en : Arquitectura, El Diario de Caracas, Caracas, sábado 23 de Abril de 1994.

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