martes, 20 de mayo de 2025

Forjada

 

   Grilla de hierro. Clifford Ch. Wendehack, 1946 (f.  2015, Hannia Gómez. Archivo Fundación de la Memoria Urbana).

 

 

"La belleza es la armonía entre todas las partes,

en la unidad de la que forman parte, basada en una ley precisa,

de modo que no se pueda agregar o quitar o cambiar nada sino para peor".

Leon Battista Alberti. De re aedificatoria.1

 

 

Forjada, de hierro forjada. Una reja de hierro puede ser forjada, puede ser fundida, puede ser soldada, puede estar armada. Muchas técnicas que explican el minucioso proceso mediante el cual un maestro de la herrería convierte el material del hierro en una obra de arte.

Cuando yo estudiaba arquitectura, una de las primeras cosas que me maravilló fue encontrar en los textos de historia de la arquitectura -particularmente en los de Graziano Gasparini-, las voces exactas con las que se nombran las partes de un edificio. Los elementos de una cubierta, de una ventana, las piezas de una estructura, los componentes de una columna, o los temas, los encuentros y las técnicas que conforman una herrería de arte. En aquel momento, frente a todo ese vocabulario tectónico, frente al universo de la historia de la arquitectura y de la sabiduría milenaria que se esconde tras los detalles de todas las formas de expresión del arte en el tiempo, admiraba también la capacidad de quien escribía para usar los términos con justeza y nombrar con propiedad los elementos de la arquitectura, cada uno en su santo lugar.

Apreciar una reja, particularmente si se encuentra formando parte de un espacio de reconocido valor, requiere adentrarse en la forma cómo está confeccionada, apreciar cuáles son los elementos de su diseño y a qué responden su ubicación, su escala, sus proporciones y el diseño que la constituyen. Luego también, a qué familia de formas pertenece, y así encontrarle un hilo de continuidad con otras herrerías que en el pasado fueron forjadas para otras arquitecturas en el mundo. Tal es el caso de la bellísima cancela que diseñara el arquitecto Clifford Charles Wendehack para embellecer y relacionar la ampliación del nuevo comedor de la Casa Club del Caracas Country Club en 1945.

En los planos que se encuentra en el archivo del club hay varias bellas reproducciones en blueprint de las herrerías de Wendehack, donde entre otros, se explican los detalles constructivos de esta reja. Una reja que es a la vez una puerta, es decir, una verja (“Gate fixed¨, reza el plano) y cuya función es a la vez separar y unir. Separar, por servir de sutil división entre dos ambientes que están espacialmente vinculados en la Casa Club, pero al mismo tiempo, unir, porque como tamiz transparente, permite apreciar a través de ella lo que se encuentra más allá, a ambos lados del umbral para el que fue diseñada, bajo el arco de acceso al comedor. Allí, bajo ese arco de mampostería, la reja se ubica hasta la línea que pasa por el centro de la circunferencia, ocupando con sus proporciones el espacio del arco y haciendo de éste parte de su composición. A la vez, las dos cancelas idénticas reducen la escala del arco para acercarla al ojo del que transita por los salones, agregándole gracia y ornamento. Una puerta que dignifica, adorna y enriquece la arquitectura interior del conjunto.

El arco del comedor del Casa Club sería menos singular sin esta herrería, y la reja, al mismo tiempo, no es nada sin el arco. Porque el diseño de Wendehack hace que se complementen. Como una sola pieza de arquitectura. Una conjunción de arco más reja de hierro forjado estilo Spanish Revival que nos recuerda toda la decisión estilística de Wendehack en 1930 de hacer una apología de la memoria de la arquitectura neohispánica para destacar en un sitio tan visualmente importante la razón de ser de todo el partido arquitectónico de la Casa Club.

Decía Leon Battista Alberti en 1485 que todo bello edificio es un todo, pero que para ello, a la vez, todas las partes del todo deben ser inextricables del mismo. En esta cancela, con sus cabillas salomónicas, sus rosettes, sus “Wrought Iron Grilles and Rails”, sus pináculos, sus arcos y sus corazones, podríamos decir que está inscrita el alma misma de la Casa Club del Caracas Country Club.

Ella forma parte del todo y a la vez sin ella el todo no está completo. Es una firma del puño y letra de Wendehack que se suma a las creaciones también en hierro forjado que el maestro Carlos Guinand Sandoz diseñara en el mismo estilo para los muchos otros ironworks que están por toda la casa. Hay una continuidad estilística entre ambas herrerías, hay una conversación ornamental, entre aquellas lámparas, farolas, barandas de 1930, y esta reja de año 1945 donde se expresa de nuevo con toda sabiduría el conocimiento beauxartiano de los estilos históricos que tenía el arquitecto de la Casa Club.

 

                               Detalle. “Gate Fixed. W.I. Grille”. Clifford Ch. Wendehack, 1946 (f. 1946. Archivo Caracas Country Club).

 

 Publicado en: Pluscuamperfecto, Entresocios, Caracas, enero de 2021.

 

NOTA:

1. Alberti definía la belleza como “l’armonía (concinnitas) tra tutte le membra, nell’unita di cui fan parte, fondata sopra una legge precisa, per modo che non si posa agiunggere o togliere o cambiare nulla se non in peggio”. Leon Battista Alberti. De re aedificatoria, Libro VI, Florencia, 1485.

 

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