viernes, 20 de septiembre de 2019

El precinto


1. Caracas Country Club, distrito historico desde 2005 (f. Wikimedia Commons, 2013). 

"Esta casa es grande,
tiene cuatro esquinas,
y en el medio tiene
rosa y clavellinas".

Canción criolla. 1959.1

Lo que sigue es una historia de la vida real. En el año 2003 existían en nuestra ciudad solamente ochenta y dos patrimonios declarados como Bienes de Interés Cultural de la Nación. Esa escueta cifra, algo increíble en una capital, se repartía entre yacimientos arqueológicos indígenas, arquitecturas coloniales, edificaciones republicanas y unas pocas, muy pocas arquitecturas y urbanismos modernos.

Podrán imaginarse ustedes que la gran mayoría de los valores arquitectónicos y urbanísticos de Caracas, especialmente del siglo XX, estaban completamente desprotegidos. Con ese argumento, la Fundación de la Memoria Urbana tomó la iniciativa de presentar y logró convencer al Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) de iniciar el preinventario o Lista de la Caracas Moderna.2

La primera protección que solicitamos al iniciar dicha lista (que llegó a alcanzar más de 2.200 fichas), para el Caracas Country Club.3 Habida cuenta que lo otros dos grandes paisajes culturales diseñados de la capital, el Parque del Este y la Ciudad Universitaria de Caracas, ya estaban para la fecha declarados como patrimonio, era urgente proteger este remanso de la naturaleza y del paisaje original del valle de Caracas y la única obra de Olmsted Brothers al sur del río Grande.

Aunque en 2003 corrían tiempos menos terribles que los actuales, la carta que escribimos Graziano Gasparini, John G. Stoddart, el entonces decano del Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, Abner Colmenares, y nosotros, argumentando los valores de nuestro "Central Park" caraqueño, fue recibida de entrada con desprecio. Se nos contestó que "antes que declarar al CCC, protegerían la última etnia Mapoyo en el Amazonas". Y asunto saldado… Pero por poco tiempo.

Pasaron dos años. Mientras nuestra carta permanecía allí, archivada, el IPC fue preparando el I Catalogo del Patrimonio Cultural del Municipio Chacao (el primero de una larga serie que incluiría un catalogo por cada municipio de Venezuela). Y he aquí que cuando este ya estaba a punto para salir a imprenta, recibí una llamada inesperada:

-"Arquitecto, véngase corriendo para acá".
Yo, asustada más que extrañada, contesté:
"Pero, para qué?"
Y me dijeron,
-"Es que han dado la orden de que incluya al Country Club en el catálogo antes de que vaya a imprenta".

Casi incrédula ante el golpe de timón y el inesperado (y afortunado) cambio de parecer, pero clarísima ante la oportunidad que se abría para la ciudad, estuve allá en el acto.

Y ahí estaba yo. Sentada. Sola frente a la computadora ajena. Mirando una pequeña galera en la pantalla, ya dentro de una página diseñada y terminada, un pequeño espacio en blanco donde debía escribir el texto "Caracas Country Club". De paso, aproveché para incluir también a la Casa Club y a otra extraordinaria arquitectura de Clifford Wendehack del CCC, la quinta Peña Viva.

Nunca lo olvidaré. Recuerdo que alcé la mirada por sobre la pantalla de la computadora hacia las altas ventanas de la Villa Santa Inés, y miré aún más allá, hacia las faldas de la montaña. Justo donde está La Pastora. Y entonces, entendí lo que había que hacer.

La Pastora es el primer Distrito Histórico declarado en la ciudad de Caracas (1979). Gracias a la lucha de los vecinos, en una época en que ese barrio antiguo iba a desaparecer bajo altas torres de viviendas de interés social, pudo salvarse de los tractores gracias a una declaratoria de conjunto que protegió todo el sector a la vez. Aunque la figura del Distrito Histórico es una herramienta tradicional en el urbanismo mundial (nada más Nueva York tiene 144), la referencia inmediata para la declaratoria del Caracas Country Club fue la famosa poligonal de La Pastora.4

Acto seguido, alcé la mano, y en un plano imaginario en el aire tracé los puntos que enmarcan el polígono del segundo Distrito Histórico de la historia de Caracas: "Desde la avenida Francisco de Miranda al Parque Nacional El Ávila, limitando con las urbanizaciones El Bosque, La Florida y Campo Alegre…"5 Lo demás lo haría la ley. Publíquese.

Mucho tiempo después, cuando un personaje siniestro quiso intentar destruir este hermoso e irreemplazable designed landscape del valle de Caracas para construir en medio de los campos del golf una Misión Vivienda, ese pequeño párrafo bastaría para salvar nuestro verde, precioso y olmstediano precinto.




NOTAS:
1. Fuego al cañón, 1959.
2. Caracas Moderna: http://www.fundamemoria,blogspot,com/
3. Graziano Gasparini, John Geoffrey Stoddart, Abner Colmenares y Hannia Gómez. Carta de la Fundación de la Memoria Urbana a José Manuel Rodríguez, presidente del Instituto del Patrimonio Cultural, Caracas, 30 de octubre de 2003.
4. Historic Districts Council: https://hdc.org/
5. "Caracas Country Club", Lo construido. Municipio Chacao, Catálogo del Patrimonio Cultural, Instituto del Patrimonio Cultural, Caracas, 2005, pp. 47-48.


Publicado en: Pluscuamperfecto, Entresocios, Caracas, Abril de 2019.

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