jueves, 3 de julio de 2008

Enhorabuena

Ciudad Universitaria de Caracas, Carlos Raúl Villanueva. Caracas (f. 1950s, Archivo de la Fundación de la Memoria Urbana).




Los sueños son contagiosos. Basta con que alguien haya tenido uno con el hechizo necesario y se decida contárselo a los demás, compartiéndolo, para que éste, con toda su fuerza, de su cuenta, arranque arrolladoramente a viajar solo, franqueándolo todo, hasta conseguir realizarse y así cambiar la realidad para siempre. Entonces, nadie se sorprende; parece hasta natural: el mundo lo esperaba. Por éso el viernes pasado, cuando vimos la noticia de la declaratoria de la Ciudad Universitaria de Caracas como Patrimonio Monumental de la Humanidad, no nos sorprendimos nada. Ni un ápice. El triunfo ya lo habíamos olfateado hacía tiempo. Lo habíamos adivinado de tánto verlo saltar de mirada en mirada esperanzada. De tánto ver bogar esa desiderata colectiva, era ya para nosotros un hecho.

Claro que también lo sentíamos así porque conocíamos muy bien la capacidad de los involucrados, es decir, de aquéllos que trabajaron hasta conseguirlo: “Que la Ciudad Universitaria sea patrimonio monumental de la humanidad entera”, formularon. Y sin titubeos, en esa inmensa empresa se embarcaron, ella sola una utopía en sí misma por lo vasta, por lo compleja y por lo exigente. Por éso, en medio de la alegría del triunfo, es bueno que no nos olvidemos de celebrar hoy también la épica de esa postulación ante la UNESCO, la cual es realmente admirable y digna de nuestro reconocimiento.

Cualquier persona, si aspira a postular alguna cosa a que se declare patrimonio monumental de la humanidad, puede sentarse ante la computadora y bajar los requisitos de la UNESCO, de su página Web. Allí está clarísimo cómo es que hay que hacer la descripción del objeto postulado, cómo es que se describen sus valores, cómo se explica la parte legal, a quién pertenece, de quién es la responsabilidad, etcétera, etcétera. Cualquiera puede, pues, si lo desea, enfrascarse en el peliagudo asunto y entregar a tiempo para que le consideren su candidato. Luego, puede llegarse hasta París y observar encima de la mesa de reuniones de la Asamblea General todas las postulaciones enviadas desde todos los rincones del planeta, y ver cómo se pierde en el montón la carpeta elaborada. Pero aquélla sería la actitud del postulador promedio.

En el caso de la Ciudad Universitaria de Caracas, nada más alejado de la postulación promedio. Para empezar, el asunto comenzó por vencer un primer obstáculo muy singular, que consistía en cómo lograr que se nombrara patrimonio de la humanidad también a su arquitectura y a su conjunto urbano, ya que la declaratoria, como me explicó el profesor de Historia de la Arquitectura Rafael Pereira, “hubiera sido muy fácil de lograr por el lado de la Síntesis de las Artes, pero lo único que se hubiera conseguido era solamente proteger el patrimonio artístico de la UCV”. Allí es donde entra la contundente argumentación elaborada por la profesora María Fernanda Jaua, Jefe de Documentación y Registro del Proyecto Ciudad Universitaria de Caracas Patrimonio, quien, gracias a su conocimiento de la historia de la arquitectura moderna, validó también la importancia del lado arquitectónico y urbano de la ciudad universitaria como modelo de ciudad moderna, lo cual redondeó de un zarpazo la declaratoria que hoy celebramos (no hay que olvidar que uno de los rivales modernos más temidos en esta contienda era la Casa Schröeder, ícono máximo del Neoplasticismo). Ahora que Villanueva le pudo hasta a Gerrit Rietveld y que la UCV se codea con Brasilia y con la Bauhaus, no podemos sino exclamar, ¡bravo, María Fernanda!

De la tarea de dos años y medio que desde entonces (finales de 1998) continuó, en una carrera que contaba con una fecha de entrega tope, 21 de Julio de 1999, a fin de que la declaratoria fuera en el año Centenario de Villanueva, lo más importante es destacar el deseo de excelencia en la producción del dossier que describiría la obra, tanto el conjunto urbano como cada una de las obras de arquitectura y de las obras de arte. Y allí es donde entra la labor de Ana María Marín, Coordinadora General del Proyecto, quien garantizó la competencia del equipo de casi sesenta personas que trabajaron en el Centro de Información de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Ella fue quien estuvo a la defensa de los estándares de calidad y logró la perfección de la ejecución de los dibujos, los cuales son de “un nivel increíble de detalle, pura digitalización contemporánea plus, es decir, verdadera World Class Quality”.

Ni qué decir lo que aquel dossier, en su formato de tabloide europeo, relucía sobre la mesa de la UNESCO, en la Asamblea de junio pasado. Al decir de la profesora Jaua, “era tres veces más grueso que todo el resto de las postulaciones”. Pero no solamente era más gordo. Era, además, más bello, porque su contenido, mucho más impresionante que “ninguna tesis de arquitectura que se pueda imaginar”, había sido diseñado por Alvaro Sotillo combinando las sofisticadas fotografías de Jorge Andrés Castilo, Sylvia Lasala y Paolo Gasparini con la auténtica montaña de las digitalizaciones y tridimensionalizaciones de todos los planos de los edificios de la UCV, previamente redibujados en Autocad al milímetro. Entre los dibujos, al parecer, una obra maestra de la digitalización destacaba más que ninguna: era la planta completa de la Ciudad Universitaria, por primera vez al detalle en todo su esplendor.... maravillas que hablan ya de este dossier histórico como de una Ciudad Universitaria en paralelo, una UCV virtual que empieza a ser legendaria, y por la cual, no podemos tampoco dejar de decir, ¡bravo, Ana María!

La lista de todas las otras personas que soñaron este sueño colectivo es también, como el dossier, una gigantesca ciudad invisible... Y, ¿cómo darle las gracias a toda una ciudad? Pues felicitándolos colectivamente: al resto del equipo del Proyecto Ciudad Universitaria de Caracas Patrimonio, al Decano de la Facultad de Arquitectura, al Instituto del Patrimonio Cultural, al CONAC, al Rectorado de la Ciudad Universitaria de Caracas...

A todos ellos, fieros soñadores, enhorabuena. Ya nadie podrá poner en duda nunca más las riquezas que aguardan en la memoria urbana de la Caracas moderna.



Ciudad Universitaria de Caracas Patrimonio Mundial UNESCO 2000 (f. viejasfotosactuales).




Publicado en: Arquitectura, EL NACIONAL, Caracas, lunes 4 de Diciembre de 2000.

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