martes, 26 de agosto de 2014

El ángel exterminador




El Angel del Paraíso, "restaurado" (f. Hannia Gómez, agosto, 2014).



"A estas horas
hasta el color de los labios se desvanece".
Luis Buñuel. El ángel exterminador.1

1. The Gilded Age
Son legendarias las polémicas despertadas en esta ciudad por ciertos restauradores del patrimonio urbano que han hecho de los cambios de color en los monumentos históricos su más notoria divisa. Gracias a ellos hemos visto mutar a la blanca Caracas en la Caracas de los colores populares, especialmente del más célebre: el "amarillo alcaldía" (Pantone 124C), seguido muy de cerca por su metálica versión para estatuaria, el dorado.2

La palabra "cala" ha sido la primera herramienta de las transformaciones. Ella es usada con éxito para acabar con la discusión cada vez que aparece un ciudadano memorioso o experto en la materia que recuerda unas tonalidades distintas para este o aquel edificio u obra de arte, generalmente más suaves, más neutras, o sencillamente el color del material original. "La cala estratigráfica dio amarillo", alega el lego. "Oh, en serio?", suspira, derrotado, el memorioso. Y el asunto se da por terminado.

El impulso restaurador en la ciudad, por supuesto, no tiene nada de malo. Al contrario: estos nuevos ángeles patrimoniales han ido exterminando años de abandono del patrimonio en la fábrica urbana. El problema es que ese mismo poderoso impulso, esa misma potestad cuasi divina con que exterminan el polvo, la herrumbre, las grietas, el óxido y la humedad, ha terminado por exterminar también algunas veces sus propios escrúpulos, materia sumamente importante en una profesión cuyos resultados, por públicos, afectan a toda la colectividad, y por lo cual está tan necesitada de rigor histórico y apertura a la discusión.

El hecho es que le hemos ido siguiendo la pista a uno de estos angélicos personajes, quien avistamos por vez primera en 2010 en el Calvario luego de que le aplicase una abundante dosis de color cobre a la estatuas y relieves del Arco de la Federación (Emilio Gariboldi, 1895), que quedaron, desde entonces, jaspeadamente bronceados. Viendo el resultado, no nos quedaron dudas de que acabar con la "monotonía" cromática del histórico arco le fue algo absolutamente irresistible; en su labor, aún tuvo tiempo para demorarse en pintar de tricolor el relieve del escudo nacional, abriendo así una nueva era para la estatuaria en la ciudad: la del libro infantil para colorear donde se le da rienda suelta a la imaginación.

Esta nueva era tiene su más completo logro en un hasta hace poco abandonado monumento de la Plaza Madariaga, en El Paraíso: el Monumento a la Victoria (circa 1910). Allí creemos ver de nuevo la mano de nuestro patrimonial ángel, exterminando la herrumbre, el polvo, el hollín, exterminando todo… hasta la pátina del bronce. La estatua tiene de nuevo su brazo en su sitio (restituyéndole el que le cortara la rama de un árbol y que un piadoso vecino guardara por años), pero ahora sus ropajes lucen un dorado rosé que se recorta delicadamente contra el rutilante oro de su cuerpo. Solo falta pintarle los celestiales ojos de azul, y alguno que otro carmín en las mejillas… y habrá quien diga que hasta le gusta! Pero, es eso lo importante?

Observando con qué libertad se ha sustituido la heráldica trompeta de bellas líneas que la estatua empuñaba en su mano izquierda por una especie de objeto que asemeja un destapador de cañerías, cómo se han olvidado de rehacer la corona de laurel de bronce que alzaba con la otra mano y de reconstruir el pedestal neoclásico sobre el que se levantaba el monumento, no cabe sino preguntarse: primero: hasta dónde podemos permitir que llegue la licencia de un restaurador? Y segundo: dónde está la cala?




"Avenida del Paraiso", circa 1910 (Postal, colección de Joyería La Perla, N. 57. Archivo Fundación de la Memoria Urbana).
 


2. El Angel del Paraíso
Hagamos memoria urbana. El "Monumento a la Victoria", o Ángel del Paraíso, fue erigido para las fiestas del Centenario en 1910 en la Plaza 19 de Abril (hoy Plaza Madariaga), junto a la Avenida del Paraíso (hoy Avenida Páez).3 Justamente en la puerta oriental de la urbanización.

Es imposible no identificarlo sino como el Arcángel Gabriel, el ancestral guardián de las puertas del Paraíso, quien también fuera el ángel de la Anunciación (de allí la trompeta en su mano derecha). Además, por ser la trompeta el instrumento de los cánticos de la victoria y llevar una corona, a este tipo de monumentos se les llama "triunfo".

Todo esto nos habla que el barrio El Paraíso de fines del siglo diecinueve era un verdadero Jardín del Edén, como una ciudad prometida, una nueva Jerusalén. Y revela a unos ciudadanos que por su cultura urbana tenían entonces mucho de arcángeles, palabra que viene de Arc Angel, que etimológicamente esta compuesta por arco, "el que dirige" y angel, "el mensajero". Dulces heraldos e ilustrados arquitectos, los caraqueños de El Paraíso erigieron este monumento para dirigirnos un mensaje. Salve, parece que le dijera el ángel a la ciudad. "Llena eres de gracia".4 En vez de anunciar la caída de Babilonia, resguarda vigilante un portal de alabastro.

Al este de su Edén, el Ángel del Paraíso sigue allí, un siglo después, como escribiera John Milton en El paraíso perdido, "contento con la esperanza / de encontrar a quien guiar en su vuelo errante / hasta el Paraíso".5




NOTAS
1. Luis Buñuel. El ángel exterminador, 1962.
2. Hannia Gómez. "Cal", http://hanniagomez.blogspot.com/2009/02/2009-cal.html
3. Plano de la Ingeniería Municipal del Distrito Federal, 1930. Archivo Fundacion de la Memoria Urbana.
4. "Salve , llena de gracia, el Señor está contigo..."  En: Lucas 1, 26-38
5. John Milton. Paradise Lost. A Poem in Twelve Books, Libro Tres, Londres, 1674.



 Publicado en: La fábrica,  @ELNACIONALweb, Caracas, 25 de Agosto, 2014.

martes, 19 de agosto de 2014

Prioridad para los Peatones


La ciudad como sitio de reencuentro entre peatones, ciclistas y automovilistas (f. www.septgratuit.fr).




"La verdad se vuelve inverosímil a veces con el paso del tiempo;
se aleja, y entonces parece fábula, o ya no más la verdad".
Javier Marias.
1. El peatón vive, la lucha sigue
En la historia de la reconquista en la ciudad moderna para el hombre a pie hemos visto ya cumplirse unos cuantos episodios. Desde los 70, con la llamada Recuperación de la Ciudad Tradicional y Revolución Anti-industrial, surgida en Europa de la mano de León Krier, pasando a la primavera global de los calles peatonalizadas y los bulevares de los 80 -cuando nosotros mismos vivimos en Venezuela dorados momentos-, hasta alcanzar la definitiva toma de conciencia universal a favor del peatón en la ciudad que vino con el cambio de siglo. Hoy, ya nadie en el mundo cuestiona este sagrado derecho, pero sin duda fue un logro de muchas batallas libradas internacionalmente.

No obstante, esta certeza esta lejos de cumplirse totalmente en la realidad urbana de muchas ciudades, y por ello, la lucha continúa. A ello se le suma la urgencia de volver las ciudades más sustentables, lo cual requiere de una disminución del transporte automovilístico a favor del uso del transporte masivo, la bicicleta y el peatón. Todos los países están trabajando a su manera, y nosotros debemos estar atentos a sus experiencias, porque el monstruoso estado de nuestra infraestructura peatonal viola de manera intolerable el Derecho del Hombre a la Ciudad, y la predominancia que aún tiene la Ingeniería Vial sobre la Ingeniería Peatonal en nuestras ciudades se mantiene.

Es por ello que es interesante un instrumento reciente que puede sernos de alguna utilidad. El pasado lunes 11 de agosto se presentó en Ciudad de México la Carta Mexicana de los Derechos del Peatón, redactada por la recién formada Liga Peatonal de ese país, “una red de personas, colectivos y organizaciones dedicados a la promoción y defensa del efectivo ejercicio de los derechos del peatón en las ciudades mexicanas y de un espacio público que ponga como eje a la persona“, fundada el pasado mes de  mayo.

Cada punto de dicha carta está descrito de una manera que luce casi científica, aspirando a ser una ordenanza. Son catorce las premisas, arrancando por la definición de Peatón, hasta el enunciado de sus Seis Derechos Fundamentales. Están allí definidos cosas como la idea del espacio público frente al espacio privado, sus cualidades y sus limitaciones de uso, la necesidad de que su diseño sea colectivamente ergonómico, y el que toda "infraestructura urbana debe estar diseñada y hecha principalmente para las personas, a escala de las personas y a la velocidad de los seres humanos". El documento sigue enumerando -poniendo en blanco y negro conceptos ya tradicionales, en realidad-, la larga experiencia global en la materia: la importancia de la accesibilidad universal, la imperiosa necesidad de la remoción de todas las barreras, la prioridad que deben tener los cruces a nivel y la señalización para peatones, y, simplemente, que hay que reducir la infraestructura vehicular a su mínimo en las ciudades lo antes posible.

La aparición de estos contenidos a manera de carta, adaptable a la naturaleza del problema en cada país, podría contribuir a que la ruta emprendida por los activistas y las organizaciones no gubernamentales a favor de los peatones evolucione hacia su profesionalización. Fusionados en una liga nacional peatonal y armados de un documento legal fuerte, puede confrontarse con mayor fuerza a los gobiernos de las ciudades para "influir en la construcción de políticas públicas orientadas al peatón". Grupos venezolanos como los tesoneros @caracasapie @sampablearte o @serurbano, entre otros, al convertirse en liga científica armados de un código, podrían pasar a un nivel superior de lucha convertidos en un organismo paralelo, ese Ministerio de Transporte Peatonal del que hablamos una vez y que sin duda le haría el contrapeso necesario al otro Ministerio del Transporte, el vial.

La peatonalizacion de la Avenida Bolívar (f. 1987, Giovanni Chiaramonte, LOTUS International).


2. Razón peatonal de la historia
En materia de la reconquista peatonal de la ciudad moderna Venezuela no se queda atrás. Puede que quizás lo hayamos olvidado. O que nos parezca fábula, como diría Javier Marías, Pero es la verdad: un buen camino por la peatonalización, vaya si lo hemos andado!

Hagamos memoria urbana. Volvamos hasta los años ochenta del siglo veinte. Entonces, el Instituto de Arquitectura Urbana (Caracas, 1979), se aliaba con FUNDACARACAS en la construcción de su propuesta de un boulevard peatonal para Catia, para mencionar solo una de las obras de peatonalización que impulsó el Metro, mientras que Benacerraf & Gómez transformaban la autopista de alta velocidad que era la suburbana Avenida Bolívar en un paseo con aceras peatonales de treinta metros de ancho, con árboles, jardines, pórticos, bancos, cruces y semáforos. Una apuesta por la ciudad peatonal que no tenia parangón contemporáneo en el mundo urbano de entonces, como lo acreditó inmediatamente en Milán Pier Luigi Nicolin, el director de la revista LOTUS International. El Parque Vargas, de hecho, sirvió de inspiración urbanística al maestro Rogelio Salmona para impulsar el plan de peatonalización del centro de Bogotá, que vendría después.

En Venezuela se diseña y se construye de manera pionera y ejemplar en aras de la movilidad peatonal desde hace ya más de medio siglo. Pongámonos, pues, en "pie de guerra". Usemos nuestra historia urbana y toda nuestra fuerza ciudadana frente al avance de la hegemonía automovilística para conseguir que en nuestras ciudades alcancen definitivamente prioridad los peatones.




NOTAS
1. Hannia Gómez, "Ingeniería peatonal, en: Desde la memoria urbana: http://hanniagomez.blogspot.com/2007/03/ingeniera-peatonal.html
2. Pedro Hernández  Martínez (@laperiferia), "Andar a pie", en: Arquine, Carta Mexicana de los Derechos del Peatón: http://www.arquine.com/blog/carta-mexicana-de-los-derechos-del-peaton/
3. Liga Peatonal: http://ligapeatonal.org/quienessomos/
4. @caracasapie: http://twitter.com/caracasapie
5. @sampablearte: http://twitter.com/sampablearte
6. @serurbano: http://twitter.com/serurbano
7. H. Gómez, "La medida del paseante", en: Desde la memoria urbana: http://hanniagomez.blogspot.com/2007/03/la-medida-del-paseante.html
8. "Center, park, avenida. The new Vargas park in the center of Caracas" by Carlos Gòmez de Llarena -Spazio, tempo, e architettura / Space, Time, and Architecture Lotus 56, Lotus International, (1987): pag.32: http://www.editorialelotus.it/web/search.php?author=Gomez+de+Llarena&topic=



 Publicado en: La fábrica,  EL NACIONAL online, Caracas, 18 de Agosto, 2014.

 

lunes, 18 de agosto de 2014

Pontífice



Puente de Bello Monte (f. 2014. Globovision.com)
 


"Pontífice, med. siglo XV, lat. pontifex,
formado por las palabras pons, 'puente' y facere, 'hacer': 'constructor de puentes';
alto funcionario romano que en sus orígenes cuidaba del puente del Tíber".
 -Juan COROMINAS. Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana.

1. Inmediatez
El viernes 18 de octubre de 2013 el Ministro de Transporte Terrestre, el ingeniero Haiman El Troudi, habilitó el tránsito vehicular por el nuevo 'puente de guerra' instalado en la Troncal 9, a la altura de Boca de Uchire, en el estado Anzoátegui, luego de su colapso. “Ha sido un trabajo que hemos realizado con mucha vocación”, indicó El Troudi en el acto de inauguración. Y un "puente de guerra", es exactamente lo que construyó para resolver la contingencia: una estructura metálica triangulada, de cerchas rectas, una de ida y otra de vuelta, salvaron la luz, garantizaron el soporte de las cargas y restituyeron el paso del tráfico. Todo muy eficiente: una respuesta inmediata.

Invocando así su vocación profesional, el Ministro sin duda tiene muy presente lo que significa la ingeniería. Esa profesión escindida entre el arte y la ciencia, y de cuyas episodios de ingenio está poblada la historia monumental de la ciudad. Y ciertamente, la gestión del Ministro viene siendo realmente asombrosa: cuando antes nadie hacía nada en materia vial en la capital, pasamos a ver caer sobre ella una especie de avalancha de 'Soluciones Viales', el término old fashion con que le gusta llamarlas @HaimanElTroudi.

Por demasiado tiempo sufrimos no poder franquear el río. Desde la cola infernal largamente barajábamos los sitios ideales para los nuevos puentes que darían al traste con los cuellos de botella y conectarían finalmente ambas riberas. Nos los sabemos muy bien. Y rogábamos. Rogábamos por la llegada de un algún moderno pontífice que entendiera la emergencia y nos ayudara a franquearla. Pero soñábamos, también, con los proyectos de esos puentes, con sus sofisticadas estructuras que harían alarde de una nueva belleza técnica y cultural para la ciudad, con las majestuosas obras de arte unidas a sus portentosas fábricas y con los nuevos espacios públicos que se crearían en sus cabeceras norte y sur. Soñábamos, sobre todo, con cruzarlos a pie. Caracas volvería a ser una ciudad pontificia, como otrora, y ello impulsaría el definitivo reverdercer del río.

Pero el Ministro, en toda su pasión ingenieril, en todo su fervor pragmático y su acelerada inmediatez, luce como un pontífice demediado. Olvida el otro componente fundamental de su profesión: el arte. Aunque haya acertado en muchos casos en dar con los cruces idóneos, y efectivamente haya mejorado en algún porcentaje la movilidad automotriz, lamentamos su falta de comprensión de lo que significa construir en una ciudad. Hoy, la mayoría de las ciudades del mundo demuelen sus infraestructuras viales e invierten todo en transporte público para privilegiar el disfrute peatonal y la sostenibilidad. Estas cerchas prefabricadas, feas, desangeladas, meramente utilitarias (y afortunadamente, removibles), "resuelven", sí, pero tratan a la ciudad como si fuera un contexto meramente vial: el de la Troncal 9. Puentes de guerra para Caracas, la gentil. Ingeniería de contingencia, cuando lo que necesitamos es más arte de la ingeniería.

Pero aún puede tener remedio. Justamente porque son puentes de guerra, son puentes temporales, que se instalan mientras se construye el puente definitivo. Preferimos pensar que estarán solo corto tiempo, mientras se comprueba que funcionan en su sitio. Entretanto podemos ir preparando, preferiblemente por concurso público, los diseños extraordinarios de los puentes definitivos, que contarán con todas las bondades urbanas descritas y que deberán ser colocados más alto (ver Puente Los Gemelos, c. 1960), para que no se conviertan en catastróficos diques durante una potencial crecida del Guaire.

       Puente de Los Leones (f. 1933. Revista Tecnología y Construcción).
 
2. Una Obra de Arte
Guaire arriba, en el sitio de Barrancas, se levantó una vez un puente. Era la época cuando en Venezuela el arte del ingeniero era más universal, y aún se empleaba la expresión "obra de arte" para designar a las obras de ingeniería. Todos lo conocen por lo que lo adorna en la superficie, pero pocos se han llegado hasta el cauce para conocer su otra belleza: la de su diseño estructural. Al principio fue Puente de las Barrancas; luego Puente Bolívar: hoy se le conoce como el Puente de Los Leones.

Diseñado en 1932 junto con la Avenida de la Paz para comunicar las Avenidas de El Paraíso, La Vega y la Gran Carretera Occidental, alcanza cincuenta espléndidos metros. Sus cabezales fueron sendas redomas urbanas, con fuentes ornamentales, amplias aceras y bancos públicos, una en Bella Vista, otra en la Vega. Lo apareja una larga balaustrada, recia, sabrosa de recorrer, una especie de ritmado balcón sobre el que se anclaban candelabros de hierro; lo adornan en las puntas los cuatro famosos leones del escultor catalán Angel Cabré i Magriñá.

El arco de concreto del puente en sí mismo es digno de historia aparte, anticipando su forma la de los viaductos que diseñara Eugène Freyssinet para la Autopista Caracas-La Guaira. Es esta matemática forma la que logra la suave curvatura, larga y apaisada, que le da tanta belleza, única entre los puentes de la ciudad. El Puente de Los Leones, ciudad ornamental por arriba, esplendor estructural por debajo, es una obra de arte y una bella lección para actuales artífices de puentes y futuros caraqueños pontífices.




NOTAS
1. Puente de Bello Monte, 2014 (Instalan puente que conectará a Bello Monte con la Fajardo: http://globovision.com/instalan-puente-que-conectara-bello-monte-con-la-fajardo/ )
2. Corominas, Juan, Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana, Madrid (1970).
3. Haiman El Troudi: https://twitter.com/HaimanVZLA
4. Restoring urban life by tearing down freeways:
http://blogs.iadb.org/urbeyorbe/2014/05/01/restoring-urban-life-tearing-freeways/





Publicado en: Opini
ón, EL NACIONAL on line, Caracas, Agosto, 2014.



domingo, 10 de agosto de 2014

Spanish Revival


"El proyecto realizado para la sede del Country Club presentado al concurso por el Arq. M. Mujica (25 Septiembre 1928)" (f. Gasparini y Posani. "Caracas a través de su arquitectura", Fundación Fina Gómez, Caracas, 1969).


"De la luna a los reflejos
               a lo lejos
            árabe torre se ve".
José ZORRILLA

Desde hace muchos años ronda en mi memoria una imagen proveniente del libro Caracas a través de su arquitectura. Se trata de una pequeña reproducción de una delicada perspectiva en acuarela. Majísima, por cierto. El original ha debido ser a color, aunque allí fue reproducida en blanco y negro.

Revisitando estilos y cadencias españolas, he vuelto de nuevo sobre ella para escudriñarla, con la esperanza de que me revelara aún algún viejo secreto. Sabemos tan poco de ese famoso concurso internacional de arquitectura que en 1928 se convocara para la casa sede del Caracas Country Club, y del cual -dicen- !este es el único vestigio que nos queda! …No lo creemos. Pero así será, al menos por ahora.

Como todos los dibujos que hiciera el maestro de la arquitectura español, don Manuel Mujica Millán (Vitoria, España, 1897 - Mérida, Venezuela, 1963), su autor, este también es un prodigio. Esta fechado: "25 S tbre 1928" en un ángulo. Los autores del libro, Gasparini y Posani, en 1969 certificaron su vinculación al concurso en la leyenda que lo acompaña de esta manera: "El proyecto realizado para la sede del Country Club  presentado al concurso por el Arq. M. Mujica". Así que no hay lugar a dudas.

Y aquí estoy. Heme aquí. Al borde del agua, asida a una hilera de ladrillos, en el medio de un eje central de simetría bilateral, casi inmersa en la alberca. Toda la arquitectura de la casa club mira tan intensamente hacia los campos de golf, que me hace recordar  la inscripción sobre el arco de entrada del Mirador de Draxa en La Alhambra de Granada:

"No estoy sola, pues desde aquí contemplo un jardín admirable".

Al levantar la mirada, tras el hilo de agua de la fuente, veo como se levanta, majestuoso, el Alcázar de Mujica. La suntuosa casa club Neonazarí. En la perspectiva no aparece el Avila, pero se adivina, se presiente tras la torre dominante. Por un momento creo que estoy en el Patio de los Arrayanes: el mismo estanque inmenso, rebosante y apacible flanqueado de verde por el que se deambula, el mismo arco mozárabe tras el cual se perpetua un patio, el mismo pórtico dirigido al sur (calcado sobre el de la vieja casa de Blandín); pero, inmediatamente, los masivos volúmenes de la torre mirador y los simétricos cuerpos laterales, me hacen sentir mas bien en una suerte de monumental Patio de Los Leones lleno de bancos lineales de azulejos.

Este alcázar caraqueño, este reino nazarí, esta residencia de reyes soñada en 1928, de haberse construido en vez del proyecto de Clifford Charles Wendehack que hoy disfrutamos, habría funcionado como una ciudadela volcada sobre el paisaje de Olmsted Brothers, trocado por Mujica en bosque perfumado del valle del Darro y Jardín del Paraíso. 

Mi pequeña imagen, ejemplo histórico del retorno mítico al hispanismo que desde fines de los años veinte y por toda la década de los treinta vivió la arquitectura de Caracas, es también una evidencia de que el concurso internacional de la casa del Caracas Country Club, cada vez más parece haber sido convocado exclusivamente desde el espíritu del Spanish Revival.


 Fotografia del Patio de los Arrayanes en el siglo XIX, La Alhambra de Granada (f. 1885, Rafael Garzon - tomado de http://rafaelgarzon.webcindario.com/ALH-alhambra.htm).





Publicado en: Pluscuamperfecto, Entresocios, Caracas Country Club, Caracas, Julio, 2014.


martes, 5 de agosto de 2014

La fábrica

El tiempo, José María Sert. Rockefeller Center, Nueva York.


“La civilización es lo que el hombre añade a la naturaleza. 
Mediante su trabajo manual y su arte éste la reconforma, 
moldeando el mundo para acercarlo a los deseos del corazón”.
 Hartley Burr Alexander. Homo faber, 1931.

1. Es decir, la ciudad
A finales de 1931, Hartley Burr Alexander, profesor de filosofía de la Universidad de Southern California, fue contratado por la corporación del Rockefeller Center para desarrollar un tema para Rockefeller City en la ciudad de Nueva York. Alexander, en su tesis, propuso como tema central para el monumental conjunto urbano en el corazón de Manhattan al Homo faber, el hombre constructor. Y lo justificó diciendo: “La civilización es lo que el hombre añade a la naturaleza. Mediante su trabajo manual y su arte éste la reconforma, moldeando el mundo para acercarlo a los deseos del corazón”.

Partiendo de allí, en todo el Rockefeller Center se colocaron grandiosas obras de arte que exaltan al obrero o el artesano, y a su ars fabrica, el arte de construir. La ciudad moderna es celebrada desde su significación originaria como la naturaleza artificial que erigen y modelan las manos humanas. Los diez murales en tonos de sepia y negro del edificio RCA pintados por el artista español José María Sert, le cantan al “nuevo dominio del hombre sobre el universo material, a su poder, a su voluntad, a su imaginación y a su genio”. En el techo del atrio principal, tres grandes figuras de pie sobre las columnas estriadas de la torre representan al pasado, al presente y al futuro. El coloso del presente, al medio, carga una balanza como símbolo de la experiencia humana. Más allá se extiende la “infinidad del espacio”, salvaje, virgen, aún por modelar, aún por fabricar...

Ese es el reto, el culto, la memoria. La fábrica.1 Una voz aparecida hacia 1440 -es decir, en medio del Renacimiento-, que según Juan Coraminas en su Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana, fue tomada del latín, donde significaba “taller” y “fragua”, pero también “arquitectura” y “componer, modelar, confeccionar”. Por extensión, siendo la ciudad la mayor obra de arte colectivo, cuando se habla de fábrica es a ella a quien se hace referencia, como gran cantero de todos los hombres, en perenne construcción y artificiosa confección, artística, fabril, febril… No extrañan por lo tanto los demás usos que por extensión han emanado de ella. Como el que a la Ciudad del Vaticano se le conozca también como la Veneranda fabbrica, o que “fábrica” (¡oh, maravillas del lenguaje!), sea sinónimo de “fábula”, de “fabulista”, de “fabuloso” y hasta de “habla”.

Valga esta indagación inicial también como filosofía de lo que construiremos virtualmente a partir de hoy 2 de Octubre de 2013, en esta nueva columna virtual a la que nos convida El Nacional, uniéndonos a la vieja lucha porque nuestros mundos urbanos puedan irse acercando cada vez más a los deseos del corazón.2


2. Mnemópolis
La ciudad que tengo enfrente es la única que realmente conozco. A fondo, profundamente, hasta el centro de la Tierra. La tengo en la mano… pero a veces me la borran. Cuando esto ocurre, el cielo se encapota, y ella se vuelve “sola y oscura”, como esa calviniana Mnemópolis descrita por Maurice Roche en el poema Compact (1966), que registra el Diccionario de lugares imaginarios (Manuel & Guadalupe, 1998), afamado bestiario de las arquitecturas literarias:

“Mnemópolis reproduce exactamente las circunvoluciones de un cerebro durante el sueño. Allí el viajero podrá pernoctar en el interior de alguna cavidad de memoria desvanecida. Ayudándose de sus codos y de sus antebrazos, se asomará anhelante sobre un pasado que a partir de ese momento se le vuelve inexpresable, especie de húmedo océano. En ese instante, quizás sentirá miedo de estar completamente solo…”. 3


Mnemópolis.



NOTAS
1. Hannia Gómez. La fábrica, @El NACIONALWeb: http://www.el-nacional.com/blogs/la_fabrica/Fabrica_7_274842516.html
2. H. Gómez. Columnista, Opinión, @ElNacionalWeb:  http://www.el-nacional.com/autores/hannia-gomez
3. Maurice Roche.“Compact” (1966), en: Alberto Manguel y Gianni Guadalupi. Guía de lugares imaginarios, Alianza Editorial, 1980.




Publicado en: La fábrica, @ELNACIONALWeb, Caracas, Octubre 2, 2013.

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