"Este parque es un desarrollo democrático de la más alta significación,
de cuyo éxito, en mi opinión,
depende mucho el progreso del arte y de la cultura estética en esta ciudad."
Frederick Law Olmsted, 1 de Agosto, 1858.1
Frederick Law Olmsted, 1 de Agosto, 1858.1
Cuando en 1850 se inició la épica historia urbana de la creación de Central Park en Nueva York, no existían precedentes en esa ciudad ni en toda América de lo que debía ser un parque urbano americano. Se era consciente, sí, en comparación con las ciudades de Europa, que ninguna metrópolis podía brindarle calidad de vida a sus habitantes si no contaba con una cantidad suficiente de hectáreas dedicadas a la recreación y al saneamiento ambiental.
Tras casi dos décadas de esfuerzo, el "Greensward Plan" de Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux se concluyó. Su nombre, Greensward, fue clave: hacia el verde. Hoy, con siglo y medio de exitosa vida, la experiencia de Central Park es un paradigma que regresa una y otra vez cada que es necesario crear nuevos espacios abiertos que quieran a ir hacia el verde en alguna parte del mundo.2 Y he aquí que la última epifanía de ese espíritu ocurre actualmente en Caracas.
Aunque la capital de Venezuela cuenta con el monumental Parque Nacional el Avila (la boscosa cordillera que le sirve de telón de fondo), la ciudad carece de suficientes espacios abiertos verdes en el valle que sean de fácil acceso y uso para toda su población. Por ello los caraqueños llevan ya medio siglo dándole vueltas a su vieja aspiración: la reconversión de lo que aún sigue siendo un militarizado aeropuerto, la base aérea La Carlota (1946), al este del valle de Caracas, en un nuevo y verde parque urbano de diseño contemporáneo.
La misión más importante de este nuevo parque es la de saldar la grave deuda de espacios públicos que arrastra la ciudad y convertirse en el principal instrumento de reconversión urbana y relanzamiento de la capital, degradada a niveles intolerables tras años de mal gobierno y falta de planificación. Con tanto tiempo de dura lucha social y sobre todo de política para crear el necesario sentimiento público, en el último año gracias a la suma de un centenar de instituciones civiles y a la asistencia de la Alcaldía Metropolitana de Caracas, el proceso ahora va camino de concluir el concurso internacional de ideas convocado en julio pasado para finalmente avocarse a impulsar la ejecución de un proyecto definitivo y la construcción del parque.
Aunque la capital de Venezuela cuenta con el monumental Parque Nacional el Avila (la boscosa cordillera que le sirve de telón de fondo), la ciudad carece de suficientes espacios abiertos verdes en el valle que sean de fácil acceso y uso para toda su población. Por ello los caraqueños llevan ya medio siglo dándole vueltas a su vieja aspiración: la reconversión de lo que aún sigue siendo un militarizado aeropuerto, la base aérea La Carlota (1946), al este del valle de Caracas, en un nuevo y verde parque urbano de diseño contemporáneo.
La misión más importante de este nuevo parque es la de saldar la grave deuda de espacios públicos que arrastra la ciudad y convertirse en el principal instrumento de reconversión urbana y relanzamiento de la capital, degradada a niveles intolerables tras años de mal gobierno y falta de planificación. Con tanto tiempo de dura lucha social y sobre todo de política para crear el necesario sentimiento público, en el último año gracias a la suma de un centenar de instituciones civiles y a la asistencia de la Alcaldía Metropolitana de Caracas, el proceso ahora va camino de concluir el concurso internacional de ideas convocado en julio pasado para finalmente avocarse a impulsar la ejecución de un proyecto definitivo y la construcción del parque.
(f. Caracas Country Club. Raquel Schaffernorth, 2009).
No es Caracas, sin embargo, una tierra virgen en materia
de paisajismo urbano, como lo era la Nueva York de mediados del siglo
diecinueve. Desde 1928 cuenta con el único proyecto de la firma Olmsted
Brothers en Latinoamérica, el Caracas Country Club, una urbanización
paisajística con campos de golf, cuyo diseño urbano, de orgánicas
líneas, expresa formal y conceptualmente el ideario olmstediano de
respeto a la memoria del paisaje. Una suerte de Central Park caraqueño,
muy poco conocido fuera de Venezuela.3
Adicionalmente, desde 1958, cuando surge el Plan General de Parques del Area Metropolitana de Caracas, nace también el proyecto del Parque del Este de Roberto Burle Marx, inaugurado en 1961.4 Este parque público, el de mayor uso de Caracas, con tres millones y medio de visitantes por año, es considerado como "la obra pública más importante de Burle Marx."5 Su obra maestra.
Adicionalmente, desde 1958, cuando surge el Plan General de Parques del Area Metropolitana de Caracas, nace también el proyecto del Parque del Este de Roberto Burle Marx, inaugurado en 1961.4 Este parque público, el de mayor uso de Caracas, con tres millones y medio de visitantes por año, es considerado como "la obra pública más importante de Burle Marx."5 Su obra maestra.
(f. Parque del Este. Mauronline, 2008)
Ambos espacios verdes fueron, a diferencia del Parque La Carlota, adquiridos, diseñados y construidos en tiempo récord. La voluntad del Sindicato Blandín, promotor del Caracas Country Club, logró en la primera mitad del siglo pasado en menos de dos décadas terminar todo el conjunto de las obras. En el Parque del Este, en mucho menos tiempo aún: se logró construir entre 1958 y 1961. De hecho, la idea de hacer un parque verde en La Carlota nació ese mismo año de 1961 dentro de la misma epopeya del Parque del Este, como "Exposición Internacional de Caracas" (aunque nunca se llevó a cabo).
Plano de la Exposición Internacional de Caracas, 1961 (f. Archivo Fundación de la Memoria Urbana).
El bello esquema de Burle Marx y del arquitecto Alejandro Pietri extendía su diseño de curvas y colores y jardines tropicales más allá del parque, hasta llenar el área del aeropuerto adyacente por el lado sur. La imagen, poderosísima, quedó indeleblemente grabada en la retina de todos cuanto la hemos conocido. El greensward del Parque del Este se convirtió, desde 1961, en southward: el parque debería crecer hacia el sur algún día, saltar la Autopista del Este, que divide ambos espacios abiertos, y hacer un solo y gran parque verde. La idea, como todas las grandes ideas, sobrevivió.
Y ese día se acerca. El nuevo Parque verde La Carlota (con la palabra verde subrayada para erradicar todo intento de urbanizar este espacio o de llenarlo de edificios) cuenta con las ideas de sesenta y nueve equipos, fruto de la convocatoria de un concurso público de ideas convocado en julio de 2012. Un concurso de diseño que ha cosechado prolíficamente el prolongado estado de espera en que se encuentra la ciudad, represada en sus sueños y en sus urgentes mejoras. La entrada ganadora, anunciada este noviembre, se beneficia de varias discusiones públicas y del acceso libre a lo mejor de las demás propuestas que compitieron en la primera vuelta del concurso.
Les parecerá a ustedes normal hablar aquí de estas cosas. Pero en los difíciles tiempos que ha vivido Venezuela estos últimos catorce años, esto es en dicha ciudad por lo menos heroico. Hace que la historia de este nuevo parque se convierta en una épica urbana tan repleta -salvando las distancias- de política, de animosidades personales, deseos reprimidos, idealismo, auto sacrificio y genio artístico, como lo fuera la historia de Central Park en la segunda mitad del siglo diecinueve. En Caracas, igual que entonces, las entradas de este concurso versaron sobre "el rol del espacio abierto, sobre la tensión entre pavimento y grama, entre el ruido de la ciudad y la tranquilidad rural, entre aire fresco y contaminado; entre la tierra pública y privada, entre la ciudad y el gobierno; entre la plaza citadina y el parque urbano".6
En una de las propuestas no ganadoras (Kunckel Arquitectos Asociados C. A), por ejemplo, una multitud de caraqueños se asoma vitoreando sobre la vista del viejo aeropuerto luego de derribar la cerca que lo rodea, tal y como si fuera un nuevo muro de Berlín.
(f. Kunckel Arquitectos Asociados C. A.)
En otra imagen, cientos de personas liberan globos y vuelan papagayos en la superficie reconquistada de la antigua pista de aterrizaje convertida en gran promenade...
Así, podríamos seguir por todas las propuestas, donde cada una tiene al menos una buena idea para contribuir en la verde empresa.
Cuando en 1844 el poeta romántico William Cullen Bryant, editor del New York Evening Post, escribió en su periódico el histórico editorial titulado "A New Park" (Un Nuevo Parque), no sabía cuán lejos iba a ir en su llamado por "una extensa tierra de placer para la sombra y la recreación" y "un gran jardín en una gran ciudad".7 La historia demostró que sus escritos lograron el efecto deseado.
Hoy, aunque no sabemos cuándo este nuevo y esencial parque urbano abrirá efectivamente sus puertas, sabemos que Caracas ya ha decidido que exista. Insistamos en ello. Porque, cuando se trata de la ciudad, como la historia nos enseña... es solo cuestión de tiempo.
Así, podríamos seguir por todas las propuestas, donde cada una tiene al menos una buena idea para contribuir en la verde empresa.
(f. Aeropuerto La Carlota, Caracas, 2008. Archivo Fundación de la Memoria Urbana)
Cuando en 1844 el poeta romántico William Cullen Bryant, editor del New York Evening Post, escribió en su periódico el histórico editorial titulado "A New Park" (Un Nuevo Parque), no sabía cuán lejos iba a ir en su llamado por "una extensa tierra de placer para la sombra y la recreación" y "un gran jardín en una gran ciudad".7 La historia demostró que sus escritos lograron el efecto deseado.
Hoy, aunque no sabemos cuándo este nuevo y esencial parque urbano abrirá efectivamente sus puertas, sabemos que Caracas ya ha decidido que exista. Insistamos en ello. Porque, cuando se trata de la ciudad, como la historia nos enseña... es solo cuestión de tiempo.
NOTAS
1. Morrison H. Heckscher. Creating Central Park, The Metropolitan Museum of Art, New York City 2008, p. 7.
2. M.H. Heckscher, "Vaux, Olmsted and the Greesnward Plan", en: Creating Central Park, Op.Cit., 2008, p. 24.
3. Hannia Gómez, "Olmsted en Blandín", The Urban Times, Londres, Mayo 2011:http://urbantimes.co/2011/05/landscape-architecture-olmsted-in-blandin/
4. H. Gómez, "Primera fila", en: Mitchele Vidal y Marco Petricelli, Arquitectura Musical, Caracas, 2010.
5. Anita Berrizbeitia. Roberto Burle Marx in Caracas: Parque del Este, 1956-1961, Penn Studies in Landscape Architecture Series, University of Pennsylvania Press, Philadelphia, 2004.
6. M.H. Heckscher, "The Commissioner's Plan and New York's early Parks and Squares", en: Idem, 2008, p. 7.
7. M.H. Heckscher, "The Decision to Build a New Park and the Selection of its Site", en; Id., 2008, p. 11.
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