1. Las torres OnaltiDokuz en
Estambul, tras la Mezquita Azul (f.Avrupa).
"A dónde, oh, espléndida nave".
Homero.
La Ilíada.
1. Demoliciones
Sacudió las redes hace dos semanas: la orden de demolición inmediata, emanada
de la más alta corte en Estambul, el Consejo de Estado Turco, contra tres
flamantes torres de apartamentos, las OnaltiDokuz Residences, que habían
sido construidas en la península histórica frente a las orillas del Bósforo. Gran
escándalo. Descomunal. Global. Y feliz: los vulgares edificios, de veintisiete,
treinta y dos y treinta y siete pisos, erigidos contra la voluntad de los
ciudadanos y que aún podemos ver recortándose contra el skyline de la ciudad centenaria, deberán caer para evitar que la
UNESCO degrade a Estambul de Patrimonio Mundial a Patrimonio en peligro de la
Humanidad.
Una guerra avisada. Ya había ocurrido antes en Dresden, en 2009: a las autoridades
del valle de Elbe la UNESCO les había advertido con tiempo que si irrumpían en
ese contexto histórico con un puente que desfiguraba el paisaje cultural
protegido, dejarían de estar en la Lista Mundial. Y así ocurrió… No podía, por
ende, Estambul arriesgarse a tanto, solo porque unos cuantos condominios de
lujo tuvieran el privilegio inenarrable, trasgesor y altamente lucrativo de
gozar de la vista exclusiva y sin vecinos de Hagya Sophia, del Palacio de Topkapi
y de la Mezquita Azul.
Cada ciudad del mundo es una obra de arte colectivo, y su panorama
construido, un valor cultural insoslayable. Como no todas las ciudades cuentan
con protección UNESCO para sus fabricas históricas, a los ciudadanos nos toca
preocuparnos por sus largamente logradas idiosincrasias, que cada día corren
mayor peligro de irse borrando, y pareciéndose sin remedio más entre sí.
Vean a Caracas, por ejemplo, desde la distancia. Quién niega que tiene buen
lejos! El Caracaspanorama es un prodigio de homogeneidad. La alongada tersura
superficial de su altiplano construido le confiere una belleza extraordinaria en
el valle. A la vieja línea del horizonte artificial entre la ciudad y el Avila,
se le suma el efecto creado por la pendiente natural de las terrazas fluviales que
bajan hasta el río. Todos los edificios desde el sur parecen tener visualmente
la misma altura. Como en el patio de un teatro. Ni que lo hubiéramos planificado
nos hubiera quedado tan bien!
Mas, quién protegerá este paisaje, en este
territorio minado de demoliciones que es Caracas? La ciudad, si la dejamos
sola, puede que se nos vaya convirtiendo en un altisonante Shanghai. Frente a esto,
es bueno saber que aún estamos a tiempo de potenciar sus valores sin que para
ello se frene el desarrollo. Instrumentos que ya
existen, como la ley marco de manejo de las vistas de Londres, diseñada para
controlar "el impacto del desarrollo sobre los panoramas urbanos claves, las
perspectivas y las vistas", están a
nuestro alcance como fuente de inspiración.
Volviendo a las riberas del Bósforo, así como no pueden mezclarse minaretes
y cúpulas otomanos con vulgares condominios y "no queda otra que la
dinamita", para parafrasear a la revista Arquine,
en estos tiempos de búsqueda de la sustentabilidad, del reciclaje y de la
conservación, ya es hora de que empecemos a aprender cuál es el verdadero
sentido, la orientación sensible, la responsabilidad y los límites de las
demoliciones en la ciudad.
2. La Quinta Piedra Azul (f. 1969.
Graziano Gasparini y Juan Pedro Posani. Caracas a través de su Arquitectura).
2. Azul
En Caracas de un tiempo a esta parte se ha empezado subrepticiamente a conjugar
un verbo maléfico. Se llama "Des-declarar". Des-declarar: "dícese de la acción de quitarle la
declaratoria a los bienes patrimoniales declarados". Aunque usted no
lo crea, está ocurriendo, en esta ciudad.
Haciendo memoria urbana, recordamos lo primero que dijo el profesor Graziano
Gasparini (creador del Instituto del Patrimonio Cultural), cuando en 2000 iniciamos
la Fundación de la Memoria Urbana: "Los
bienes declarados no se pueden des-declarar, ni siquiera porque no estemos de
acuerdo con sus declaratorias, o porque nos parezcan que no las merecen". Mucho
más si las merecen.
Valga este recuerdo, a manera de recordatorio. Los Bienes de Interés
Cultural son sagrados: se conservan, se restauran, se revitalizan y las
ciudades se enorgullecen de ostentarlos como lo mejor de su fábrica urbana. Para
muestra, la Wrightiana
y magnífica quinta Piedra Azul (Gustavo Wallis, 1941, en la gráfica), joya de
la arquitectura, asentada majestuosamente, cual moderna "mezquita",
sobre las riberas de la Quebrada Chacaíto: nuestro más reciente -y presunto- patrimonio en peligro… Ojalá
sea solo un rumor.
NOTAS
1. Homero, La
Iliada.
2. Olivar Wainwright. "Istanbul's
'illegal' towers to be demolished after landmark court ruling",
Architecture and Design Blog, The Guardian:
http://www.theguardian.com/artanddesign/architecture-design-blog/2014/aug/21/istanbuls-illegal-towers-to-be-demolished-after-landmark-court-ruling
3.
"Dresden
is deleted from UNESCO’s World Heritage List":
http://whc.unesco.org/en/news/522/
4. Alejandro Hernández Gálvez. "Progreso,
conservación y lo que queda en medio", Arquine: http://www.arquine.com/blog/progreso-conservacion-y-lo-que-queda-en-medio/
5.
Hannia Gómez. "Wrightiana": http://hanniagomez.blogspot.com/2007/03/wrightiana.html
Publicado en: La fábrica, EL NACIONAL online, Caracas 8 de Septiembre de 2014: http://www.el-nacional.com/hannia_gomez/Paisaje-minado_0_478752220.html
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