miércoles, 21 de marzo de 2007

Hablemos de arte urbano

Autorretrato arquitectónico. Antoine Grumbach, 1979.

Antoine Grumbach en Caracas.
En el marco de la exposición “Crear en lo Creado: Arquitectura actual en la renovación de edificios”, expuesta en la Facultad de Arquitectura de la UCV, nos visita Antoine Grumbach. 
Teórico de la “Arqueología Inversa” y poeta del misticismo arquitectónico en los 80, 
Grumbach, Gran Premio de Francia de Urbanismo y Arte Urbano 1992, 
dictará el próximo Martes 24 (1994) en el Museo de Bellas Artes la conferencia
“Las Ciudades o la Inconclusión Perpetua”.

Quizás quieran ir a la charla de Antoine Grumbach porque lo recuerdan por su participación en 1979 en la exposición Roma Interrotta, cuando le tocó el Sector
III del Plano de Nolli, desquiciando a críticos como Allan Chimacoff con sus trío de ficciones y sus reflexiones sobre la arqueología inversa de la forma urbana, afirmando que la arquitectura gana calidad cuando se convierte en ruinas.

O puede que acudan a oirlo porque revisaron de nuevo las ediciones de los Archivos de Arquitectura Moderna y lo volvieron a ver como abanderado de la Reconstrucción de la Ciudad Europea, firmando las declaraciones de Bruselas y de Palermo al lado de Culot, Huet, Nicolin y Krier, entre otras personalidades. Si no, seguramente irán el martes por sus actividades durante el martes por sus actividades durante el I.B.A. de Berlín, o, en último caso, por su célebre hotel inspirado en la arquitectura de las cabañas de troncos americanas que hizo para Eurodisney.

Antoine Grumbach ha sido siempre una personalidad en el mundo de la arquitectura, equilibrando la ultra-sofisticación del panorama arquitectónico francés con la responsabilidad de su búsqueda urbana. Desde hace muchos años, cuando su sonoro nombre que nos despertaba asociaciones pictóricas empezó a hacérsenos familiar, hemos seguido su trabajo siempre con interés y simpatía.

Arquitecto y Urbanista, Profesor de la Escuela de Arquitectura París-Belleville y Consejero Urbanista de la Ciudad de Amsterdam, ha sido desde sie
mpre un consecuente activista urbano, trabajando sobre los temas del arte de la memoria y del espacio público. Esta preocupación se refleja claramente en su arquitectura, especialmente en el delicado proyecto de ampliación de la residencia para investigadores extranjeros de la rue Suger, la “Maison Suger”, una extensión de tres edificios del siglos XVII al XIX situados en el corazón del Barrio Latino del que les mostramos unas imágenes, pero es en sus proyectos de renovación y mejora urbana en Arles, Martigues, Toulouse, Argenteuil, Epinay, Marsella, donde ello mejor se expresa. Con un marcado interés por la Antropología, Grumbach es básicamente un intelectual que forma parte de una generación fuertemente comprometida con la política y la sociedad. Su enfoque de la arquitectura ha sido muy definido por este compromiso. En efecto, para él, los arquitectos deben ser figuras cargadas de sensibilidad social, con profundas referencias políticas, literarias y artísticas. “Ya que hacer arquitectura contribuye a dar forma a la sociedad, debe ser una reflexión sobre la sociedad misma. La ciudad no se detiene jamás, está en constante mutación. Para lograr calidad en la dinámica urbana, se deben comprender los conflictos, las luchas de clases, los juegos de poder y las fuerzas económicas que en ella intervienen; y puesto que la ciudad es una proyección de toda la sociedad, cada edificio debería aportar algo a la misma”1.

Para Grumbach, comprender que la ciudad es un collage infinito, un organismo sedimentario, formado de estratos que se superponen, que revelan su historia y su forma, ya es convertirla en un proyecto. “Cada ciudad" -explica- "tiene una forma propia. Tomar conciencia de esa forma y de su propia transformación nos llevará a pensar antes de construir, y así poder proteger tanto la memoria del territorio como la continuidad urbana. La arquitectura debe permitir que se establezca un diálogo entre todo lo que existe. Cada edificio debería formar parte de la trama urbana y aportar algo al espacio público; la arquitectura no debería quedarse en el diseño, ni los arquitectos encerrarse en su expresión personal. Ello va en detrimento de la ciudad.”

Esta posicion teórica en arquitectura, más sus estudios urbanos y el desarrollo de métodos para el análisis de la forma de la ciudad, han sido un significativo aporte y también el objeto de grandes polémicas. Sus trabajos han sido objeto de diversas e importantes exposiciones, especialmente la mencionada Roma Interrotta, en Roma 1978 y los I.B.A de Berlín en 1987 y 1988, así como las de Venecia y Nueva York en 1980, Frankfurt y Amsterdam en 1986, y Tokyo en 1987. Actualmente su trabajo es parte fundamental de la exposición “La Ville”, todavía expuesta en el Museo Georges Pompidou.

Antoine Grumbach en estos momentos está encargado de realizar la primera etapa de la Universidad Nueva de Versalles-Saint-Quentin, que albergará veinticinco mil estudiantes para el año 2.000. “No comienzo un proyecto sino después de comprender absolutamente todo lo que está afectando el mismo, sin antes comprender cuáles son los mecanismos de constitución de la forma urbana”. Con esta premisa promete establecer un contrato moral con las ciudades de Venezuela hoy. Otros proyectos suyos en marcha son el esquema del sector de Moulon en el Plateau de Saclay, una operación de planificación que une la extens
ión de la Universidad de Orsay a un nuevo centro de investigación y actividades diversas, y la construcción de la Estación de Trasbordo de la línea de tren Meteor, del Metro de París, ejemplifica mejor que ningún otro proyecto su visión de la ciudad que se construye sobre sí misma.

Antoine Grumbach ha visitado Caracas antes. Cuando le preguntamos por ella, nos comenta que “Caracas es una ciudad intensa, puesto que todos los probl
emas que están ligados a la conciencia de una ciudad se presentan aquí a una escala exagerada: el tráfico, las autopistas, la escala de la naturaleza y la compleja trama urbana. Esto la hace única. Es una ciudad difícil de catalogar, aún para las personas como yo, habituadas a leer la forma de la ciudad. Esta circunstancia podría percibirse como algo negativo, pero en la historia de las ciudades existen momentos difíciles en el crecimiento de las mismas que con el tiempo pueden devenir elementos positivos. Personalmente, creo que Caracas tiene mucho potencial”.

Sus reflexiones sobre la ciudad, sobre la forma urbana, el papel del tiempo en la construccion de ciudades y la capacidad actual de la arquitectura para resolver estos problemas, será el tema de la charla. La ciudad, el gran proyecto perennemente inacabado, ¿podrá ser reatrapada para la arquitectura? Para oirle responder esa pregunta que él mismo se hace y hablar de arte urbano, nosotros acudiremos sin falta.


!Bienvenido, Antoine!



Antoine Grumbach (f. www.antoinegrumbach.com)



NOTAS
1. Paulina Palacios. Entrevista a Antoine Grumbach, París, 10 de Mayo de 1994.


Publicado en: Arquitectura, El Diario de Caracas, Caracas, 1994.

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