"La Altana es una suerte de
belvedere de madera, acompañado de una rampa,
instalado sobre el techo de los palacios
venecianos".
Henri de Régnier. La Altana, o la vida veneciana, 1899-1924.1
1. Freespace
Cada vez que uno regresa a Venecia siempre es como
la primera vez, y esto probablemente sea un sortilegio. En nuestra ultima
visita tuvimos la suerte de estar presentes para el día de la apertura de la
Bienal de Arquitectura 2018. No es poca cosa, el llegar en el momento justo a
la Ciudad Inextricable. La conmoción
global del opening de @laBiennale fue
tánta este año y el deseo de visitar La artificiosa
fue tan grande, que se viralizó entre los arquitectos del mundo al hashtag #NotInVenice, para que los que
se quedaron en casa pudieran de alguna manera consolarse mutuamente.
Con esta nueva edición de corte británico se
estrenaron como comisarias el dúo dublinés Grafton Architects, formado por las
arquitectos Yvonne Farrell y Shelley McNamara, quienes se dieron a la tarea de
encontrar el nuevo tema de la mostra.
El reto, aportar una idea que motivase en la comunidad arquitectónica
internacional el entusiasmo necesario para producir con éxito la fiesta máxima de
la arquitectura del planeta. La meta, llenar las decenas de espacios culturales
y museísticos de la Serenissima con
propuestas que impulsaran el desarrollo del pensamiento global sobre la
arquitectura y la ciudad.
Con mucha curiosidad, y la alegría de saber que el
León de Oro 2018 se le otorgaba al gran historiador de la arquitectura Kenneth
Frampton (a quien luego tuvimos el honor de felicitar en su premiación en Ca' Giustian),
nos fuimos adentrando tanto por los sestiere
y por las fondamenta como por el
proyecto curatorial de esta edición, planteado en torno a la idea del espacio
libre, o Freespace.
Lo explican así las curadoras: "Freespace significa la generosidad de espíritu y el sentido de humanidad que centra la agenda de la arquitectura, en especial con respecto a la calidad del espacio. Es la capacidad que tiene la arquitectura de poder hacer ofrendas espaciales gratuitas y en responder a los deseos no expresados de los visitantes. Freespace celebra la habilidad de la arquitectura en encontrar hasta en las condiciones más privadas, protegidas, exclusivas o comercialmente limitadas, nuevas e inesperadas generosidades en cada proyecto. Significa dar la oportunidad de hacer énfasis en los presentes gratuitos de la naturaleza, como la luz del sol y la de la luna; el aire; la gravedad; los materiales. Freespace invita a reexaminar modos de pensar, estimulando nuevas maneras de ver el mundo, de inventar soluciones donde la arquitectura provea el bienestar y la dignidad de cada habitante en este frágil planeta. Freespace puede ser un espacio para la oportunidad, democrático, no-programado y libre para usos aún por concebir. Abraza la libertad de imaginar el espacio libre del tiempo y la memoria, uniendo al pasado, al presente y al futuro, construyendo sobre las estratificaciones de nuestra herencia cultural, entretejiendo lo arcaico con lo contemporáneo".2
Como pueden ver, es un tema muy bien intencionado.
Pero es tan vasto que se vuelve también a la vez en algo elusivo, vago e
inaprensible, lo cual ha hecho que por entre sus meandros y entresijos conceptuales
muchos de los participantes o bien se hayan perdido gustosamente, o bien no entendieron -o no quisieron
entender- ni jota, o, peor aún, terminaran
no hablando para nada de arquitectura. Este último resultado es la critica más contumaz y repetida que se le hace a
la curaduría de las Grafton.
2. El Pabellón
de Inglaterra (f. @venice.architecture.biennale).
2. Belvedere
Venecia estos días es una fiesta permanente. Como
fuegos de artificio que iluminan el cielo o el agua sin cesar, así se suceden
también las charlas, los vernissages,
los coloquios y los eventos colaterales en los palacios y en los pabellones y
en los campos y en los jardines y en los espacios de todos los formatos y
colores, tanto en la ciudad como en sus islas como en las naves de la laguna (BIG,
por ejemplo festejó su opening en un
barco pirata en el Gran Canal).3 Las largas horas del verano no alcanzan para
verlo todo y siempre uno se pierde algo maravilloso o se entera tarde de algo a
lo que quería asistir…
Esto, en si mismo, es asombroso: ver a una ciudad
entera, por un lado, repleta de bote en bote de arquitectos, y por el otro,
vibrando apasionadamente al compás de la arquitectura.
Pero por eso mismo,
buscábamos por todos lados a la arquitectura. Y nos preguntábamos, dónde, dónde
está la arquitectura en esta Biennale? Aunque uno este acostumbrado por los
tiempos que vivimos a que los arquitectos tengamos que sufrir cada vez más a
que se nos despoje de nuestros milenarios roles,
contenidos y prácticas de trabajo (por la mediocre industria de la construcción
que cada vez cree necesitarnos menos y por un mundo del arte donde a falta de
mejores ideas todo el mundo "instala" o "construye" algo),
lo que nos faltaba era una bienal donde ya ni los arquitectos mismos parecieran
demasiado interesados en mostrar arquitectura per se.
En esta bienal las imposturas abundan. Todo el
mundo anda metido a artista, a cineasta, a investigador, a curador o a comunicador
social. Incluso, a "rebelde". Pareciera más bien una Biennale de
teatro, de arte o una mostra del cinema.
Por ende, son naturalmente muchas y muy inusitadas las variaciones sobre el
tema del Freespace que tienen lugar.
Encontramos arquitectura en las museografias de algunos
de los shows e instalaciones. Como, por ejemplo, la inolvidable exposición del Pabellón
de Italia, al fondo de un Arsenale majestuoso, titulada "Arcipelago Italia",
curada por el arquitecto Mario Cucinella de MCArchitects. Esta explora "el
rol de la arquitectura como instrumento clave para promover el crecimiento y el
desarrollo de los territorios internos del país".4 Una exposición que, mas
allá de ser extremadamente bella, con sus altas cajas de luz creando una calle
donde se recorre toda Italia y sus orgánicas mesas insulares apoyadas en
pilares de madera extraídos de la laguna de Venecia, hace una reflexión que seria sumamente útil hacernos para los
territorios de Venezuela.
3. La escalinata a la altana britanica. Pabellón de Inglaterra (f. @venice.architecture.biennale).
O bien, también encontramos arquitectura en la
impactante museografia del Pabellón de Alemania, con la propuesta
"Unbuilding Walls" de los curadores GRAFT y Marianne Birthier, quizás
la más exacta puesta en
escena de una exposición de arquitectura que hayamos visto jamás.5 La reflexión
celebra la reunión de Alemania por ya 28 años, el mimo tiempo que duró el Muro de Berlín. De
allí que hayan construido una muralla virtual de color negro que aparece y
desaparece visualmente al movernos por el pabellón y que sirve de soporte para
explorar "los efectos de la división y de la integración y el proceso de
curación como un fenómeno espacial dinámico", analizando proyectos que
están sobre la antigua línea de la frontera entre Berlín oriental y occidental.
Mas de lo mucho que vimos en la #BiennaleArchitettura2018,
un solo pabellón nos pareció que cumplía la invocación hecha por las curadoras.
Solo uno hacia resaltar esa idea de la generosidad, del don gratuito ofrecido
al visitante desconocido, de la ofrenda espacial que une el espacio libre del
tiempo y la memoria y donde, como dijera Víctor Hugo una vez, "lo bello
vale tanto como lo útil".6 Solo uno, hizo arquitectura.
Se trata de una enorme construcción efímera y
ligera hecha con andamios y piezas de aluminio, que se sitúa arriba, montada
por encima de las copas de los árboles de los Giardini di Castello donde están
todos los principales pabellones, asomándose por encima para permitirnos
admirar a la ciudad marina y su laguna. Solo eso: un gesto monumental. Un belvedere. Abajo, el Pabellón de Inglaterra, vacío, solo con sus
paredes blancas.
Los curadores británicos, Caruso St. John
Architects y el artista Marcus Taylor, aludiendo a la veneciana tipología de la Altana, construyeron un espacio urbano en el
techo del pabellón, al que se le llega por una monumental escalinata lateral
también de aluminio. En medio de la enorme piazza,
asoma la cumbrera del techo del neoclásico edificio, sugiriendo tanto la
imagen de una isla (Albión) como la de un mundo sumergido hundido por
debajo".7 Su grandiosa idea les valió a los ingleses una mención especial
en la Biennale. Nosotros les hubiéramos dado el León de Oro.
Sobre la plataforma, apostados en la baranda del
Pabellón de Inglaterra, estamos al aire libre, como en tantas otras plataformas
de madera que pueblan los techos de esta ciudad. Imposible no recordar aquí el celebrado
texto de Henri de Régnier,
"Sobre la Altana":
"Esta terraza, este
belvedere se apoya sobre el techo del palacio, dominando sus viejas tejas en
pendiente. Que veo desde aquí? Una esquina reluciente del Gran Canal; el domo
redondeado de una iglesia y otros techos, otras chimeneas, envueltos en un silencio
profundo donde percibo al mismo tiempo, lejano y como sordamente ritmado, un
murmullo que es una presencia: el murmullo del mar batiendo sobre las playas
del Lido. Y ya no sé sino una cosa: que este silencio, este palacio, esta
terraza aérea que pronto sabré reconocer como una Altana, todo ello, es
Venecia. Y que soy feliz".8
4. Piazza/belvedere. Pabellón de Inglaterra (f. @venice.architecture.biennale).
NOTAS:
1. "L'Altana est une sorte de belvédère en bois, muni d'une rampe,
installé sur le toit des palais vénitiens".
En: Henri de Régnier. L'Altana, ou la Vie
vénitienne 1899-1924, Mercure de France, Paris, 1927.
2. Yvonne Farrell +
Shelley McNamara. Folleto de la Biennale Architettura 2018,
promozione@labiennale.org, Venecia, 2018.
3. Bjarke Ingels Group: http://m.big.dk/
4. Arcipelago Italia.
Padiglione Italiano alla Biennale Architettura 2018: www.arcipelagoitalia.it
5. Unbuilding Walls. German Pavilion at the 16th International
Architecture Exhibition 2018: www.unbuildingwalls.de
6. "Le
beau vaut autant que l'utile". Víctor Hugo.
7. @venice.architecture.biennale:
https:www.instagram.com/p/BjLEM1pDh60/?utm.source=ig_share_sheet&igshid+1vxurdjg442hv
8. "Cette terrasse, ce belvédère est posé sur le toit de Palais. De
la je domine ses vieilles tuiles en pente (…) Que vois-je encore? un coin
luisant du Grand Canal, le dôme arrondi
d'une église, puis d'autres toits, d'autres cheminées, tout cela (…)
enveloppé d'un silence profond ou je perçois cependant, lointain et comme
sourdement rythmé, un murmure qui est une présence (…) le murmure de la mer
montante sur les plages du Lido. (…) Je ne sais qu'une chose (…) c'est que ce
silence (…), ce palais, cette terrasse aérienne
que je n'appelle pas encore une altana, tout cela, c'est Venise et que je suis
heureux…" H. de Régnier. Op. Cit., 1926.
Publicado en: Opinión, @ELNACIONALWeb, Caracas, Julio 24 de 2018: https://www.elnacional.com/opinion/columnista/altanella_245169/
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