martes, 2 de abril de 2019

Diamantina



Villa Arreaza, llmada La Diamantina, circa 1955 (f. Archivo Fundación de la Memoria Urbana).



"Una pequeña casa".
Gio Ponti.

Entre los otros proyectos caraqueños de Gio Ponti -"islas coloreadas, nubes sólidas y mariposas inmensas"- que respiraron el mismo sensualismo desplegado por Gio Ponti en la Villa Planchart de Caracas, esta la Villa Arreaza, o "Diamantina", la única italiana villa pontiana del Caracas Country Club, ya desaparecida, que llegó a feliz termino en 1955.

De todas la obra de Ponti, la hermosa Diamantina es considerada universalmente como "una de las etapas mas felices del itinerario de las domus del arquitecto milanes". La atención de Gio Ponti se mantiene aquí, como en El Cerrito, en el interior de la casa. Y como en El Cerrito, esta villa fue sin falta una casa con patio, en este caso siete. En la Diamantina, "el cielo cuenta su propia historia". La tropical casa se caracterizaba por sus "ventanas colocadas en el cielo", sus "frentes perforados", sus macro-celosías tropicales y por estar al resguardo de una gran cubierta, bajo la cual Ponti construyo "escenarios de mutantes e infinitos paisajes artificiales", logrando "un  gran y único ambiente".

La pequeña Diamantina, aunque era un diamante en bruto, no tenia una forma tan pura como la de El Cerrito. Esta tropical casa a la italiana, lamentablemente demolida, fue un  interesante hibrido de los principales temas formales pontianos de la década de los cincuenta. Es como si Ponti hubiese estado buscando la versión que mejor se adaptase al clima y a las características del Caribe, mezclando con libertad el tipo de sus casas del "gran techo-planta libre", el tipo de la "forma finita" y el tipo de la "fachada independiente".

En la Diamantina, Ponti quebrara aun más el ángulo de la planta, desplegándola como un abanico ante el paisaje. Porque para Ponti 'quinta' en español quiere decir 'villa': una forma de vida inmersa en el verde lujurioso de la naturaleza, con el solaz de las grandes vistas sobre la cadena montañosa del Avila. Esta quinta caraqueña era transparente y ligera, aislada como un objeto en el paisaje y profusamente colorida en azul, contrastando con el siempre dominante blanco mediterráneo. En ella se mantuvieron incólumes, no obstante, los cuatro axiomas de la primera Triennale de Milán: "modernidad de interpretación, originalidad de invención, perfecta ejecución y eficiencia de producción".

En ella fluía libre el espacio. En ella llamaba la atención la irrupción de multiformes y anti-estándar estancias tropicales "alla italiana": jardines internos, pérgolas, comedores al aire libre. En ella, las marquesinas y los aleros de las cubiertas-mariposa "a farfalla" y a "mezza farfalla" en concreto armado -la especialidad constructiva de la industria local- emprendieron un osadísimo vuelo.

Aparte de El Cerrito, Gio Ponti guardó especial afecto para con la "pequeña Diamantina". Asi lo manifestó en la revista Domus N. 329, en diciembre de 1958: "Soy feliz de haber arquitecturado la Diamantina" (…) El bello espectáculo arquitectónico que fue la Villa Diamantina hasta que fue demolida en 1994, fue posible porque en ella también Ponti, gracias a sus propietarios, pudo prodigar todas las urgencias de su fantasía. Gracias a ellos, la quinta "dipinta di blu" pudo ser totalmente bicolor. Y escribía: "Estoy contento porque esta toda motivada sobre un color, como me gusta: toda blanca y azul").1

Así fue la Diamantina, uno de los mas bellos capítulos de la historia del Caracas Country Club.





NOTAS
1. Hannia Gómez, El Cerrito: la obra maestra de Gio Ponti en Caracas, Ultreya Edizioni/Fundacion Planchart. Caracas, 2009, pp. 147 -148.




Publicado en: Pluscuamperfecto, Entresocios, Caracas, Octubre, 2015.





No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails