Villa Arreaza, llmada La Diamantina, circa 1955 (f. Archivo Fundación de la Memoria Urbana).
"Una pequeña casa".
Gio Ponti.
Entre los otros proyectos caraqueños de Gio Ponti -"islas coloreadas,
nubes sólidas y mariposas inmensas"- que respiraron el mismo sensualismo
desplegado por Gio Ponti en la Villa Planchart de Caracas, esta la Villa
Arreaza, o "Diamantina", la única italiana villa pontiana del Caracas
Country Club, ya desaparecida, que llegó a feliz termino en 1955.
De todas la obra de Ponti, la hermosa Diamantina es considerada
universalmente como "una de las etapas mas felices del itinerario de las domus del arquitecto milanes". La
atención de Gio Ponti se mantiene aquí, como en El Cerrito, en el interior de
la casa. Y como en El Cerrito, esta villa fue sin falta una casa con patio, en este
caso siete. En la Diamantina, "el cielo cuenta su propia historia". La
tropical casa se caracterizaba por sus "ventanas colocadas en el
cielo", sus "frentes perforados", sus macro-celosías tropicales
y por estar al resguardo de una gran cubierta, bajo la cual Ponti construyo
"escenarios de mutantes e infinitos paisajes artificiales", logrando
"un gran y único ambiente".
La pequeña Diamantina, aunque era un diamante en bruto, no tenia una forma
tan pura como la de El Cerrito. Esta tropical casa a la italiana,
lamentablemente demolida, fue un
interesante hibrido de los principales temas formales pontianos de la
década de los cincuenta. Es como si Ponti hubiese estado buscando la versión
que mejor se adaptase al clima y a las características del Caribe, mezclando
con libertad el tipo de sus casas del "gran techo-planta libre", el
tipo de la "forma finita" y el tipo de la "fachada
independiente".
En la Diamantina, Ponti quebrara aun más el ángulo de la planta,
desplegándola como un abanico ante el paisaje. Porque para Ponti 'quinta' en
español quiere decir 'villa': una forma de vida inmersa en el verde lujurioso
de la naturaleza, con el solaz de las grandes vistas sobre la cadena montañosa
del Avila. Esta quinta caraqueña era transparente y ligera, aislada como
un objeto en el paisaje y profusamente colorida en azul, contrastando con el
siempre dominante blanco mediterráneo. En ella se mantuvieron incólumes, no
obstante, los cuatro axiomas de la primera Triennale
de Milán: "modernidad de interpretación, originalidad de invención,
perfecta ejecución y eficiencia de producción".
En ella fluía libre el espacio. En ella llamaba la atención la irrupción de
multiformes y anti-estándar estancias tropicales "alla italiana": jardines internos, pérgolas, comedores
al aire libre. En ella, las marquesinas y los aleros de las cubiertas-mariposa "a farfalla" y a "mezza farfalla" en concreto
armado -la especialidad constructiva de la industria local- emprendieron un
osadísimo vuelo.
Aparte de El Cerrito, Gio Ponti guardó especial afecto para con la
"pequeña Diamantina". Asi lo manifestó en la revista Domus N. 329, en diciembre de 1958:
"Soy feliz de haber arquitecturado la Diamantina" (…) El bello
espectáculo arquitectónico que fue la Villa Diamantina hasta que fue demolida
en 1994, fue posible porque en ella también Ponti, gracias a sus propietarios,
pudo prodigar todas las urgencias de su fantasía. Gracias a ellos, la quinta "dipinta di blu" pudo ser
totalmente bicolor. Y escribía: "Estoy contento porque esta toda motivada
sobre un color, como me gusta: toda blanca y azul").1
Así fue la Diamantina, uno de los mas bellos capítulos de la historia del
Caracas Country Club.
NOTAS
1. Hannia Gómez, El Cerrito: la obra maestra de Gio Ponti en Caracas, Ultreya Edizioni/Fundacion Planchart. Caracas, 2009, pp. 147 -148.
Publicado en: Pluscuamperfecto, Entresocios, Caracas, Octubre, 2015.
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